Ir a opiniones expertas

Proyectos europeos

La revolución del ‘lump sum’ en la financiación de proyectos europeos innovadores

Financiacion lump sum analisis experto
Rocío Fernández

Rocío Fernández

Líder del Área Financiera de Proyectos Europeos

En el vasto universo de la financiación pública europea, pocas transformaciones han sido tan significativas —y polémicas— como la irrupción del lump sum, un sistema de pago de en el cual se ofrece una cuantía de subvención fijada en el proyecto y basada en una estimación previa del presupuesto, a cambio del desarrollo de unas actividades técnicas. Aunque su nombre puede resultar poco conocido, este sistema está llamado a redefinir la relación entre las instituciones europeas y los beneficiarios de programas tan emblemáticos como Horizon Europe o Innovation Fund. Se superarían, de esta forma, los errores presupuestarios de los programas marco de I+D que causa la financiación de proyectos basada en el reembolso de costes reales. Esta nueva forma de financiar la innovación plantea un debate profundo sobre su significado y su impacto real. Para algunos, representa la solución a los históricos problemas burocráticos y falta de experiencia en la gestión presupuestaria de los fondos europeos, mientras que otros la consideran un obstáculo adicional, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

La financiación basada en lump sum no es más que un cambio en las reglas del juego. En lugar de justificar hasta el último céntimo gastado con facturas, nóminas y contratos —un ejercicio tan exhaustivo como tedioso—, el foco pasa a estar en la entrega de resultados concretos, definidos previamente en hitos o paquetes de trabajo. Es un giro de paradigma que coloca la mirada donde realmente importa: en lo que se desarrolla, y no tanto en cómo se gasta. Para una Unión Europea centrada —y con razón— con la eficiencia y el impacto, el lump sum parece, a priori, la panacea administrativa: menos papeleo, menos auditorías y más resultados.

Este modelo, sin embargo, no nació ayer. Fue en los últimos años del Horizonte 2020 cuando la Comisión Europea empezó a experimentar con proyectos piloto. La burocracia inherente a los programas de financiación basada en costes reales se había convertido en un elefante imposible de ignorar: horas interminables invertidas en justificar cada gasto, incertidumbre sobre posibles errores administrativos y auditorías que, a menudo, paralizaban más que ayudaban. El sistema, aunque funcional, resultaba agotador tanto para los beneficiarios como para las instituciones encargadas de su control. Bruselas entendió que hacía falta un cambio, y el lump sum emergió como la gran promesa de simplificación.

Planificación rigurosa: el nuevo requisito

Simplificar, sin embargo, no significa reducir la exigencia. Al contrario. El lump sum ha traído consigo una obligación de planificación mucho más rigurosa. Si antes era posible introducir modificaciones presupuestarias sobre la marcha y justificar retrasos con cierta flexibilidad, ahora el margen de maniobra es mucho más estrecho. Desde el primer momento, los beneficiarios deben definir con precisión milimétrica los paquetes de trabajo, y los hitos del proyecto, y proporcionar estimaciones que reflejen de forma aproximada los costos reales de cada categoría, tanto por beneficiario (y entidad afiliada, si la hubiera) como por paquete de trabajo. Estas estimaciones deben estar alineadas con las prácticas normales del beneficiario, ser razonables y no excesivas, estar claramente justificadas y ser necesarias para las actividades propuestas. Cada etapa del plan debe ser realista, alcanzable y justificable, porque los pagos dependen estrictamente de su cumplimiento.

Las estimaciones de costos, además, permiten generar un desglose detallado de las cuotas del lump sum por paquete de trabajo y por participante. La excelencia en la ejecución ya no es suficiente: la excelencia en la planificación, que debe estar perfectamente alineada con los costos estimados y las actividades, es ahora igual de crítica, ya que no solo facilita el cumplimiento de los hitos, sino que también añade valor al proyecto al asegurar que cada recurso se utilice de manera eficiente y efectiva.

Este nuevo nivel de exigencia plantea un reto importante para las pequeñas empresas y las startups, que históricamente han sido grandes beneficiarias de los fondos europeos. Si bien estas organizaciones suelen ser ágiles e innovadoras, a menudo carecen de los recursos humanos y la experiencia necesarios para estructurar propuestas tan detalladas. Una mala planificación inicial puede dejar sin margen a empresas que, aunque brillantes en la ejecución, no supieron anticiparse a los riesgos y los obstáculos de la realidad. Para ellas, el lump sum no es solo un sistema alternativo, sino una barrera adicional que puede impedir el acceso a la financiación.

Un desafío para grandes proyectos y pequeñas empresas

El caso de Innovation Fund es paradigmático en este sentido. Este programa, uno de los pilares del Pacto Verde Europeo, destina miles de millones de euros a proyectos destinados a la descarbonización y las tecnologías limpias. Aquí, donde los proyectos son de una magnitud y complejidad extraordinarias, el lump sum se enfrenta a su mayor desafío. La transición energética de Europa requiere un nivel de innovación sin precedentes, pero también una ejecución impecable. En este contexto, el éxito de la financiación por hitos dependerá de que las reglas del juego sean claras, flexibles cuando sea necesario y acompañadas de un apoyo adecuado a los beneficiarios.

No es casualidad que el lump sum haya despertado escepticismo. Los críticos temen que la falta de flexibilidad en la financiación por resultados penalice a proyectos que, aunque técnicamente sólidos, tropiecen con imprevistos. En la investigación y la innovación, los obstáculos no son la excepción, sino la norma. Un problema técnico inesperado, un cambio en la regulación o la irrupción de un competidor en el mercado pueden obligar a modificar un plan de trabajo sobre la marcha. El riesgo, con el lump sum, es que cualquier desviación ponga en peligro no solo el éxito del proyecto, sino también su financiación.

El futuro del ‘lump sum’: equilibrio y confianza

Y, sin embargo, el futuro parece decidido. La Comisión Europea ha apostado con firmeza por este modelo y todo indica que su papel será cada vez mayor en los programas de financiación de la I+D+i. La lógica es difícil de rebatir: si Europa quiere ser más eficiente, debe medir el éxito por los resultados obtenidos, no por la meticulosidad con la que se justifican los gastos.

El desafío, en este punto, es encontrar un equilibrio. El lump sum no puede ser una herramienta que excluya a las organizaciones menos experimentadas ni que penalice la flexibilidad necesaria en un proceso tan dinámico como la innovación. La solución pasa, en parte, por reforzar el acompañamiento a los beneficiarios. Las empresas necesitan apoyo para estructurar propuestas sólidas, anticiparse a los riesgos y definir hitos alcanzables. Aquí, el papel de consultoras especializadas como Zabala Innovation y de los propios organismos financiadores será clave para democratizar el acceso a la financiación.

A largo plazo, el lump sum tiene el potencial de transformar la relación entre Europa y sus innovadores. Si se sigue implementando con éxito, puede reducir la burocracia, liberar recursos y permitir que los beneficiarios se concentren en lo que realmente importa: innovar. El camino, no obstante, no es sencillo. Harán falta ajustes, flexibilidad y, sobre todo, confianza en que este sistema es capaz de cumplir su promesa. Porque, al final, el objetivo no ha cambiado: Europa necesita proyectos capaces de resolver los grandes desafíos del presente y del futuro. Si el lump sum es la herramienta que permite hacerlo de forma más eficiente, bienvenida sea.

Persona experta

Rocío Fernández
Rocío Fernández

Sede de Bruselas

Líder del Área Financiera de Proyectos Europeos

No es el sector, es el proyecto

Lo importante no es seguir avanzando, sino saber hacia dónde ir. Y nuestra tasa de éxito del 37% demuestra que en Zabala sabemos guiar a nuestros clientes.

Áreas de especialización