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10º Programa marco

El impulso a la política industrial pasa por la inversión en innovación

Informe Letta
Susana Garayoa

Susana Garayoa

Responsable de Relaciones Institucionales en Bruselas

Europa se encuentra en un momento crucial de su historia, enfrentando desafíos tanto internos como externos que ponen a prueba su capacidad para mantenerse competitiva en el escenario global. En este contexto, el informe presentado por el exprimer ministro italiano Enrico Letta junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, sobre la integración del Mercado Único, adquiere una relevancia excepcional al trazar una hoja de ruta para el nuevo ciclo político e institucional europeo 2024-2029.

La publicación del informe Letta – que, entre otras cuestiones, exalta la importancia de la innovación para la reindustrialización de Europa – surge mientras la Comisión Europea elabora el décimo marco financiero plurianual de la UE (10th Framework Programme, o FP10), del que deberá salir el presupuesto para el sucesor de Horizon Europe, el actual programa marco de ayudas para proyectos de I+D+i. Desde Zabala Innovation estamos participando en este proceso, con un Position Paper para la Comisión Europea que pronto desvelaremos.

De hecho, la necesidad de tener en cuenta el papel de la innovación en el 10th Framework Programme fue evocada también por el jefe de Unidad de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea, Massimiliano Esposito. Durante la octava conferencia de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, el pasado 18 de abril, Esposito indicó que “cada euro en costes vinculados al programa Horizonte 2020 [el antecesor de Horizon Europe] reportará en última instancia cinco euros en beneficios a los ciudadanos de la UE en 2040, un 20% de crecimiento adicional del empleo y un 30% de aumento de la facturación y los activos totales de las empresas participantes en comparación con las que no fueron seleccionadas a pesar de la alta calidad de las solicitudes”.

Fortalecer la competitividad de la UE

En los últimos años, la UE ha demostrado su capacidad para resolver temas inesperados, lo que ha destacado el valor añadido que puede ofrecer en situaciones de crisis, otorgándose, de esta forma, una mayor visibilidad y relevancia en comparación con ciclos anteriores. El camino hacia la competitividad, sin embargo, no está exento de desafíos. La transición ecológica, la digitalización y la pérdida de competitividad evidenciada por la pandemia de la COVID y la guerra de Ucrania son solo algunos de los retos que Europa enfrenta en la actualidad.

Ante esta realidad, el informe Letta busca contribuir a la respuesta de la UE ante estos acontecimientos, proponiendo medidas concretas para fortalecer la economía y la competitividad de Europa, así como el bienestar de sus ciudadanos en el Mercado Único.

Uno de los puntos centrales del informe es la necesidad de una integración efectiva del Mercado Único, considerándolo como un instrumento para abordar diversas problemáticas que afectan a la UE, más allá de las puramente comerciales. Letta aboga por la integración de sectores clave como la energía, las telecomunicaciones y los mercados financieros, que son fundamentales para garantizar la competitividad de Europa frente a otras potencias globales como Estados Unidos y China.

En este sentido, el informe hace hincapié en la importancia de una transición digital, verde y justa, así como en el fortalecimiento de la seguridad y la defensa. También destaca la necesidad de una mayor colaboración público-privada y el apoyo público a nivel europeo en materia de financiación. Letta propone la limitación y modificación de las ayudas estatales nacionales para evitar la fragmentación del mercado interno, así como la creación de una Unión de Ahorro e Inversión para canalizar la inversión hacia sectores estratégicos como las telecomunicaciones y las finanzas.

El principal objetivo es hacer frente a los instrumentos adoptados por otras potencias mundiales, como la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense. Ante la fuerte competencia mundial, la UE debe intensificar sus esfuerzos para desarrollar una estrategia industrial competitiva.

En el informe, el exmandatario italiano señala que el enfoque de los Proyectos de Interés Común Comunitario (IPCEI, por sus siglas en inglés) podría ser desarrollado y generalizado aún más en una política industrial de la UE. Dependiendo del objetivo concreto de esta última, las ayudas estatales podrían cubrir niveles de madurez tecnológica (TRL, en inglés) más allá del primer desarrollo industrial. De esta forma, se podrían establecer modelos de gobernanza coherentes adaptados a objetivos políticos específicos y garantizar un monitoreo y evaluación adecuados de las medidas de ayuda estatal.

Otro aspecto que se aborda en el informe es la reducción de las disparidades en las capacidades técnicas y administrativas entre los Estados miembros y sus empresas como una de las claves para garantizar un campo de juego equitativo dentro del Mercado Único.

El Informe Letta y la quinta libertad fundamental

Una de las principales novedades del informe reside en la propuesta de una quinta nueva libertad fundamental para el Mercado Único, que se añade a la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales. Este quinto nuevo pilar se sustenta en la investigación, la innovación y la educación.

El informe resalta en este ámbito varios aspectos:

  • La necesidad de una política industrial europea. Para Letta, el camino hacia la quinta libertad de investigación e innovación implica estimular la innovación, con el objetivo de crear ecosistemas industriales líderes capaces de producir entidades de importancia global dentro de Europa.
  • Espacios europeos de datos comunes. Se trata de construir un nuevo modelo de gobernanza con una política industrial colectiva y que trascienda los límites nacionales: un centro de conocimiento europeo como una plataforma digital centralizada que brinde acceso a la investigación financiada públicamente, conjuntos de datos y recursos educativos, apoyando el desarrollo de espacios europeos de datos en sectores clave, como el Espacio Europeo de Datos de Salud (EHDS).
  • El fomento de la colaboración público-privada. Para acelerar la innovación, abordar los desafíos sociales y fortalecer la competitividad europea, la UE debe fomentar activamente las asociaciones público-privadas en áreas estratégicas enfocadas en el intercambio de conocimientos y la adopción de innovaciones, con apoyo específico para las pymes y startups.
  • El desarrollo de las infraestructuras tecnológicas (supercomputadores). Un pilar clave de la quinta libertad son las infraestructuras de investigación priorizando también la red compartida de recursos computacionales y supercomputadoras para permitir que investigadores y empresas accedan a capacidades críticas de computación de alto rendimiento.
  • El liderazgo de la UE en el desarrollo de la inteligencia artificial basada en estándares éticos, y con la creación de un entorno atractivo para investigadores, startups y empresas.
  • Inversión en investigación e innovación. Tanto el sector público como el privado deberán alinear sus estrategias de financiación en este campo que se considera primordial.
  • Ciencia abierta (‘open science’), asegurando la accesibilidad de la investigación y la colaboración sin problemas entre disciplinas, sectores y fronteras.
  • Decisiones políticas basadas en la evidencia científica.

En 2004, la UE representaba casi el 26% del PIB mundial, según un análisis del think-tank de política y economía internacional Bruegel, con sede en Bruselas, basado en datos del Fondo Monetario Internacional. El año pasado esta proporción se encontraba en el 17,6%, un porcentaje que podría confirmarse en 2024. Urge pasar a la acción.

La política industrial no es suficiente sin la inversión en innovación para hacer realidad tecnologías clave para los retos europeos, que todavía están en fase de desarrollo. Los programas de innovación son una herramienta clave para impulsar y acelerar la política industrial y la competitividad en Europa. También lo es el fortalecimiento de la participación industrial en los mismos, impulsando pilares de las políticas europeas del Pacto Verde y la transición energética, la digitalización, el desarrollo de la inteligencia artificial basada en estándares éticos sólidos, o el refuerzo de la seguridad y la defensa.

En junio está prevista la publicación de otro análisis que tendrá un impacto significativo en las futuras políticas de la Comisión Europea: el informe Draghi sobre la competitividad de la UE. Mientras, queda por ver si las recetas propuestas por Letta pueden hacerse realidad en el panorama que saldrá de las elecciones europeas. Aun así, en cualquier escenario, el futuro de Europa pasa por hacer realidad la política industrial a través de la apuesta real por la innovación que debe tener reflejo en la definición del Marco financiero plurianual (10th Framework Programme) y el presupuesto destinado al programa marco de investigación y desarrollo que sucederá a Horizon Europe.

La política industrial con una combinación de políticas que apoyen la innovación de manera más amplia puede ayudar a impulsar el crecimiento económico y que Europa fortalezca su autonomía estratégica y ocupe el lugar deseado en el escenario global.

 

Persona experta

Susana Garayoa
Susana Garayoa

Sede de Bruselas

Responsable de Relaciones Institucionales en Bruselas