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CONVERSACIÓN

Rumbo a la neutralidad climática

Descarbonización, hidrógeno verde, financiación pública, CAEs… ¿Cuál será la apuesta ganadora para lograr los objetivos de neutralidad climática en los próximos años? De estas y de muchas más cuestiones debaten nuestros compañeros Igor Idareta, líder de equipo experto en Programas Europeos y Maite García, líder del Área de Energía, en una conversación sobre el reto de alcanzar la neutralidad climática.

Igor. En el 2015, con los Acuerdos de París, lo que vimos fue un compromiso firme para convertir a Europa en el primer continente climático neutro en el 2050. Y a partir de ahí, básicamente tuvimos tres etapas clave:

De hecho, el mejor ejemplo es una noticia de la semana pasada, cuando la Comisión europea autorizó por primera vez unas ayudas de 900 millones de euros para implantar una giga factoría de celdas de baterías en Alemania.

Maite. España no se está quedando atrás y va acompañando todo este desarrollo y la apuesta europea. Y no somos líderes por casualidad. Esto es un proyecto que empezó ya desde los años 80 con la plataforma solar de Almería. En los años 90, los primeros parques eólicos. Se llegó a la década del 2010, teniendo ya una gran potencia renovable instalada en España.

Casi en los principios de la década del 2020 se empezó ya a oír que la potencia renovable instalada supera a lo que está instalado de otras tecnologías. También ha influido la reducción de costes de los materiales, sobre todo de las placas fotovoltaicas. El paso que se ha dado en rentabilidad, que las energías renovables sean ahora más baratas que las energías fósiles.

Todo esto ha dado lugar a que, según las previsiones de Red eléctrica, vamos a cerrar este año 2023 como el primer año con menos emisiones que las que había en 1990. Esto nos sitúa en el área de cumplimiento de los objetivos.

Y, además, no se puede comparar el grado de industrialización de los años 90 con el que tenemos ahora, algo de lo que hay que felicitarse. Sin embargo, no hay que quedarse atrás, hay que seguir avanzando.

«Según las previsiones de Red Eléctrica, el 2023 es el primer año con menos emisiones que las que había en 1990», Maite García

Maite. Desde el punto de vista nacional, el PRTR destina más de un 40% del presupuesto a la transición ecológica. Ahí se encuentran varios temas de sostenibilidad, medioambiente, restauración de espacios degradados, agua, etc. Pero si nos centramos sólo en el tema de energía, en concreto en el PERTE ERHA destina más de 5.000 millones de euros a despliegues y a campañas de fomento de las renovables.

Pero, además, existen otros PERTE icónicos, como el de Descarbonización, el VEC, o el de Agroalimentación, donde también se busca incentivar inversiones que sean más respetuosas con el medio ambiente o que consuman menos energía.

Las administraciones son conscientes de que es necesario un impulso, que las empresas necesitan ver señales y apoyo a la hora de tomar sus decisiones de inversión. Entonces, la financiación pública es clave para poder dar signos a las empresas a la hora de invertir y lograr tener periodos de retorno de la inversión más cortos.

Igor. Eso es cierto. De hecho, Europa siempre ha sido muy consciente de ese efecto catalizador de la financiación pública. Y, de hecho, tradicionalmente, en sus programas habituales, destina gran parte de la financiación precisamente a la sostenibilidad. Más de un 30% del presupuesto de la Unión Europea entre el 2021 y el 2027 va destinado a sostenibilidad. Estamos hablando de 580 millones de euros.

Incluso cuando hablamos de proyectos innovadores, el 35% de los proyectos están orientados precisamente a proyectos novedosos que van dirigidos a lo que sería la acción climática.

Y una novedad, en cuanto a los incentivos públicos que se están iniciando en Europa, precisamente es el intentar traccionar del sector privado, no solamente con financiación pública, sino mediante incentivos indirectos y facilidades en las regulaciones.

Igor. Podríamos dividir los principales programas europeos en tres áreas: innovación, medioambiente e inclusión social.

En innovación, los principales son Horizon Europe e Innovation Fund. En medioambiente, nos vamos al clásico programa LIFE, que es un programa pionero que comenzó en 1992. También es importante destacar los de inclusión social porque tratan, precisamente, de ayudar a esos sectores y a esas regiones que se van a ver afectados por todo el proceso de descarbonización. Aquí nos encontramos, por ejemplo, con el Fondo Social Climático, el Mecanismo de Transición Justa y el Fondo de Modernización.

En este sentido, cabe destacar los 11 proyectos de Innovation Fund financiados para nuestros clientes, con más de 400 millones de euros captados. Lo que es aún más importante, estos proyectos van a reducir hasta 9 millones de toneladas de CO2 los próximos años.

Otro hito conseguido es financiar el primer LIFE integrado transfronterizo. A través de este proyecto, a lo largo de la cordillera de los pirineos, las ocho administraciones regionales competentes han obtenido una financiación de más de 12 millones de euros, con el objetivo de mejorar la resiliencia de estas regiones ante el cambio climático.

Maite.  En España han existido siempre proyectos que financian la investigación y el desarrollo de tecnologías en el ámbito energético. Lo que diferencia al momento actual de otros es que ha venido dinero a través del PRTR para hacer convocatorias donde se premia el despliegue, para que se produzca una transformación efectiva. Entonces tenemos convocatorias como las MOVES (dirigidas a la movilidad eléctrica), otras basadas en energías renovables innovadoras (biogás, biometano, etc.).

Otra línea también que está dentro de las convocatorias que vienen del PRTR, es la del almacenamiento y flexibilidad de la red eléctrica. En este sentido, el papel de las redes eléctricas cobra especial importancia en toda la estrategia de descarbonización y de la electrificación de la demanda. En este sentido, el papel de las redes eléctricas cobra especial importancia en toda la estrategia de descarbonización y de la electrificación de la demanda. Por último, es importante resaltar el hidrógeno, como un vector de futuro que está propiciando la transformación de nuestras industrias.

Es importante también señalar otro tipo de convocatorias que son más nuevas y que no están quizá tanto dentro del radar y son las derivadas del ahorro de consumo energético. Y ahí cobran especial relevancia los Certificados de Ahorro Energético (CAE) que se lanzaron al año 2023. Prevemos que en  2024 veremos su verdadera implantación.. Los CAE van a suponer un antes y un después en la eficiencia energética y una verdadera ayuda para las empresas, para la descarbonización y para aprender a consumir mejor.

Igor. En los últimos años, cuando hablamos de descarbonización a todo el mundo nos viene a la cabeza los desarrollos fotovoltaicos, la eólica… Pero hay que darse cuenta de que también tenemos una serie de sectores que son más difíciles de descarbonizar, como son transporte pesado y las industrias intensivas en energía. Y para estos sectores el hidrógeno renovable es la solución.

«Hay una serie de sectores que son más difíciles de descarbonizar. Y para estos, el hidrógeno renovable es la solución», Igor Idareta

Maite. En España ya hay experiencias de descarbonización a partir de hidrógeno renovable. En Zabala Innovation hemos financiado 12 propuestas de proyectos singulares y pioneros, que es lo que va en línea con la hoja de ruta del hidrógeno para España. Lo que pasa es que esta hoja de ruta se escribió en el año 2020 y han pasado muchas cosas en Europa desde entonces.

La guerra de Ucrania lo cambió todo. Ya no hay un acceso a gas natural abundante, barato y sin cuestionarnos de dónde viene. Por eso, se necesita una respuesta europea, pensar más a nivel de continente. Y, en este sentido, el hidrógeno renovable es un mercado que está por crear.

Igor. Es cierto, sí. Precisamente el diferencial de ese nuevo mercado es que no existe. Es un mercado nuevo que ahora mismo estamos viendo con iniciativas como la subasta de hidrógeno renovable, que se está traccionando desde los poderes públicos. Pero, aún y todo, no tenemos una visión clara del escenario futuro.

Maite. Claro porque hay cuestiones que resolver. ¿Nos descarbonizamos nosotros primero? Es decir, ¿el hidrógeno que producimos lo usamos para nuestras industrias? ¿Nuestras industrias son más competitivas porque tienen que pagar menos derechos de emisión? ¿Producimos aquí electricidad y la mandamos al continente y se produce hidrógeno in situ?

Es un mercado que está por crear, en los próximos años creo que veremos ya una senda de crecimiento ordenado para que verdaderamente sea competitivo y se vean las mejores soluciones, tanto tecnológicas como económicas, que nos lleven a la descarbonización de la industria.

Igor. Zabala Innovation es un actor clave en esta descarbonización. Nuestra experiencia en la gestión de fondos europeos, en el desarrollo de tecnologías limpias y en proyectos sostenibles nos posiciona precisamente como un actor clave para poder poner en común el sector privado y el sector público en proyectos que nos lleven por la senda de la descarbonización.

Maite. Una cuestión que siempre sale a colación, cuando hablamos de financiación pública, es el control, que todo el dinero público esté bien auditado, que se sepa en qué se invierte el dinero. Y en esto, Zabala Innovation puede ayudar tanto a las administraciones, para que el dinero esté bien auditado, como a los desarrolladores de los proyectos, a quienes aportamos seguridad en cada uno de los pasos que van haciendo y ejecutando.