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Semana de la movilidad

“La digitalización impulsará una gestión más eficaz de la movilidad”

Sergio Úbeda Digitalizar la movilidad

La movilidad es un pilar clave de la estrategia de la Comisión Europea y el tema central de una campaña de concienciación que se celebra durante una semana en toda la UE. La edición de este año de la Semana Europea de la Movilidad, que arranca este lunes, pone de relieve la transformación que está viviendo el sector. Para Sergio Úbeda, líder del Área de Transporte de Zabala Innovation, el sector todavía enfrenta desafíos importantes, como la escasez de infraestructura de recarga y la regulación de nuevas tecnologías. Aun así, a cinco años vista, las tendencias clave serán “la sostenibilidad, sobre todo en lo que se refiere al uso de combustibles alternativos, y la gestión centralizada de los distintos modos de transporte y la intermodalidad”. La tendencia más prometedora es, principalmente, “la digitalización”, asegura este experto.

La ausencia de una red de recarga adecuada para estos vehículos es uno de los mayores obstáculos para el despliegue masivo en las flotas, y afecta a la eficiencia requerida en este tipo de servicios. La falta de puntos de recarga de alta potencia y velocidad es crítica, especialmente para cubrir largas distancias y cumplir con plazos ajustados de entrega. La UE y los Estados miembros están promoviendo la inversión en infraestructuras de recarga a través de programas como el CEF-Transport, con la prioridad AFIF. Sin embargo, además de la inversión en infraestructura (relacionada con la venta de energía), es crucial implementar iniciativas que ayuden a las empresas de transporte a financiar la transformación de sus flotas. En definitiva, si estas acciones no se llevan a cabo de manera simultánea, existe el riesgo de que ninguna de ellas avance debido a la incertidumbre que podría generarse.

El hidrógeno, los biocombustibles (como el metanol o el etanol), el gas natural comprimido, el gas natural licuado, la energía solar fotovoltaica, etcétera. Algunas de ellas, como el gas natural, llevan algunos años implementadas, pero no han acabado de resolver la problemática. Por ello, han surgido otras alternativas, como el hidrógeno, más adecuadas para largas distancias, y aplicables tanto en el transporte por carretera, marítimo o ferroviario, como en la aviación. En cuanto a la energía solar fotovoltaica, a priori su uso tiene más sentido como fuente auxiliar.

La transformación más visible se está dando en los sistemas de transporte público, con una evolución constante hacia vehículos eléctricos, tanto en las flotas como en iniciativas de transporte personal compartido (bicicletas y patinetes eléctricos), y la implantación de zonas de bajas emisiones, entre otras medidas. El transporte público está a la vanguardia en la introducción de estas novedades, ya que los entornos urbanos son ideales para implementar vehículos cero emisiones y los que permitirán establecer redes flexibles y conectadas entre distintos modos de transporte facilitadas por la toma de decisiones basadas en datos. Sin embargo, aunque existe una fuerte concienciación regulatoria y social sobre la necesidad de descarbonizar las ciudades, aún quedan retos por resolver, especialmente en lo que respecta a la movilidad periurbana y, sobre todo, a la conexión con los núcleos rurales.

A pesar de que las tecnologías en este ámbito están evolucionando a gran velocidad, lo cierto es que las grandes barreras para su despliegue masivo son tanto regulatorias como sociales. En ambos casos, estas tienen mucho que ver con la percepción de inseguridad, tanto física como digital, y la falta de desarrollo de infraestructuras y legislación. Una vez desbloqueada la barrera regulatoria, será capital conseguir la aceptación del público a través de campañas de educación y concienciación.

Vamos a asistir a una transformación del sector a todos los niveles, que podría abarcar desde la pérdida de empleos actuales, como el de conductor, hasta la creación de nuevos puestos orientados a la digitalización, así como en el ámbito formativo. No obstante, vivimos en una sociedad donde la formación y especialización han alcanzado niveles más altos que en el pasado, y esta transformación podría facilitar la integración laboral de los jóvenes en el futuro.

Es evidente que una gran parte de la población se está concentrando en áreas urbanas, por lo que, como sociedad, debemos transformar este ecosistema hacia un modelo de movilidad más eficiente, sostenible y conectado. Al igual que en otros sectores del transporte, los principales retos son la creación de infraestructuras adecuadas, la concienciación social y la regulación.

Los que están relacionados con las restricciones de circulación de vehículos en entornos urbanos, particularmente en lo que respecta al acceso a zonas de bajas emisiones y la prohibición del uso de ciertos vehículos más contaminantes.

Todavía hay un largo camino por recorrer en áreas como la conducción autónoma, el uso de drones, y otros aspectos menos complejos, como la creación de una regulación unificada para vehículos personales, como los patinetes eléctricos.

Los avances en torno a la ciencia de datos y las comunicaciones, junto con el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial, nos ayudarán a una toma de decisiones más segura y eficiente en la gestión de flotas y redes de infraestructuras, y en la coordinación de modos de transporte y servicios. También definirán nuestra interacción con el transporte. Un entorno en el que se compartan datos de movilidad a todos los niveles —usuarios, vehículos, infraestructuras y servicios — permitirá gestionar las preferencias individuales y establecer rutas de transporte a demanda casi en tiempo real. Esto incluye el uso de aplicaciones móviles, no solo para reservas y pagos, sino también para monitorear el estado de las rutas y las conexiones entre modos de transporte.

La EIT Urban Mobility suele lanzar varias convocatorias. Una de las más interesantes es la Main Innovation Call, que se publica anualmente y que aborda diversos retos de la movilidad urbana en torno a nueve áreas temáticas: movilidad activa, intermodalidad, infraestructuras, accesibilidad, logística, espacios públicos, movilidad del futuro, energía y sostenibilidad. Este programa busca proyectos que tengan un nivel de madurez tecnológica [TRL, por la sigla inglesa comúnmente utilizada] ya muy avanzado y próximo al mercado y permitan a las empresas implantar su solución en dos áreas urbanas a modo de demostración, lo que les proporciona visibilidad y proyección hacia otras ciudades. Mencionaría también la Misión de Ciudades del programa Horizon Europe, cuyo foco es la decarbonización y la digitalización de las ciudades europeas. En este caso, se trata de proyectos con grandes demostradores. Sus topics están orientados a rediseñar los espacios públicos de manera climáticamente neutra, conseguir ciudades sin polución, promover estilos de vida hacia la movilidad compartida y sostenible, e integrar las áreas peri-urbanas en la transición hacia la neutralidad climática de las ciudades. Dentro del mismo Horizon Europe, hay que señalar también la Destination 6 del Cluster 5, centrada en la financiación de innovaciones en torno al transporte multimodal y la logística, la gestión de infraestructura y del tráfico, y la seguridad.

Los proyectos de I+D+i son esenciales para la adopción de estas tecnologías. Este tipo de proyectos, sobre todo los demostrativos, permiten probarlas en entornos controlados e identificar las barreras tanto tecnológicas como económicas, legales y sociales. Las conclusiones obtenidas son esenciales para definir planes de replicación. Además, contar con financiación para llevar a cabo parte de estos desarrollos es fundamental para minimizar los riesgos, y fomentar la colaboración entre la industria y centros de I+D y los organismos públicos (como los que representan las ciudades), que serán algunos de los principales usuarios y promotores de algunas de estas tecnologías incipientes. De entre los muchos ejemplos que existen, me gustaría mencionar Senator, un proyecto cuyo objetivo es el desarrollo de estrategias, medidas y herramientas eficaces para lograr una logística urbana de emisión cero.