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Comisión Europea

Mario Draghi urge la UE a movilizar 800.000 millones de euros al año para recuperar competitividad

informe mario draghi

El ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, presentó este lunes el informe sobre el futuro de la competitividad de Europa que la Comisión Europea le había encargado hace un año. Su propuesta central es la movilización de inversiones de hasta 800.000 millones de euros al año (el equivalente a alrededor del 4,5% del PIB de la UE), entre dinero público y privado. Estos recursos, que podrían alimentarse de una nueva emisión de deuda conjunta, serían una herramienta clave para recuperar el terreno perdido ante Estados Unidos y China en términos de crecimiento económico, innovación y productividad.

El informe, que llega en un momento crítico para la economía europea, apunta a la necesidad de acometer tres grandes transformaciones: acelerar la innovación tecnológica, abaratar los costes energéticos sin abandonar la transición hacia la descarbonización, y reducir las dependencias estratégicas, especialmente en sectores clave como el suministro de materias primas y semiconductores. En palabras de Draghi, el futuro económico del Viejo Continente depende de su capacidad para implementar una “nueva estrategia industrial europea” que cohesione a los Veintisiete en un esfuerzo coordinado y eficaz.

Un desafío existencial

Draghi advierte de que la UE afronta lo que define como un “reto existencial”: aumentar la productividad y el crecimiento económico o verse obligada a retroceder en algunas de sus ambiciones más emblemáticas. Entre ellas se encuentran la lucha contra el cambio climático, la defensa del modelo social europeo o la financiación del Estado de bienestar. Este dilema, según el informe, es más acuciante que nunca, ya que la brecha entre el PIB europeo y el de Estados Unidos ha pasado del 15% al 30% en las dos últimas décadas. A la vez, China sigue ganando terreno a pasos agigantados.

En su análisis, Draghi señala que los factores que anteriormente sustentaban el crecimiento económico de Europa, como el auge del comercio internacional, el acceso a energía barata proveniente de Rusia y un crecimiento demográfico relativamente estable, se están desvaneciendo. Esto deja a Europa en una posición vulnerable frente a potencias emergentes y establecidas, que se han adaptado más rápidamente a las nuevas dinámicas globales.

Innovación, energía y reducción de dependencias

Para contrarrestar esta tendencia, Draghi propone tres áreas de acción prioritarias. La primera de ellas es la necesidad urgente de acelerar la innovación, particularmente en el sector tecnológico. El también ex primer ministro italiano subraya que la UE sufre un importante desfase respecto a otras potencias globales en este ámbito, lo que afecta gravemente a su competitividad. Propone, por tanto, la eliminación de barreras que impiden la rápida traslación de las innovaciones al mercado, además de atraer mayores flujos de financiación y mejorar la formación del capital humano en Europa.

El segundo pilar de la estrategia es el abaratamiento de los precios de la energía, que actualmente son hasta cinco veces superiores a los de Estados Unidos. Para Draghi, la transición hacia un modelo energético más limpio no debe ser vista como una carga, sino como una oportunidad. De hecho, sugiere un “plan conjunto de descarbonización y competitividad” que no solo aborde la reducción de emisiones, sino que también fomente el crecimiento de industrias emergentes, como las tecnologías limpias. En este sentido, Draghi propone que los sectores productivos y los que permiten la reducción de emisiones trabajen de manera conjunta, aprovechando los avances tecnológicos para hacer frente a la competencia global.

Finalmente, Draghi llama la atención sobre la necesidad de reducir las dependencias estratégicas de Europa en áreas clave como las materias primas y los semiconductores. En un contexto geopolítico cada vez más inestable, donde las grandes potencias como Estados Unidos y China compiten de forma más decidida, la UE no puede permitirse el lujo de depender excesivamente de terceros para el suministro de recursos esenciales. En respuesta a esta situación, Draghi aboga por la creación de una “política exterior económica” que favorezca acuerdos comerciales con naciones ricas en recursos, lo que permitiría a Europa garantizar el suministro de materias primas críticas para su economía.

Reforzar la industria de defensa europea

Otro de los puntos destacados en el informe de Draghi es el llamado a reforzar la seguridad y la industria de defensa en Europa. El ex presidente del BCE subraya que, aunque el continente ha logrado avances significativos en algunas áreas, la fragmentación del sector de defensa entre los Estados miembros sigue siendo un lastre importante. Draghi propone una mayor integración y cooperación entre los países europeos en lo que respecta a la defensa, con el fin de optimizar las inversiones y aprovechar sinergias entre los diferentes actores de la industria militar europea.

Para financiar esta ambiciosa transformación, Draghi aconseja crear un fondo de deuda común que permita movilizar los 800.000 millones de euros anuales necesarios para acometer las inversiones en innovación, energía y defensa. Este fondo supondría dar un paso más allá de los actuales mecanismos de financiación europeos, como el fondo de recuperación Next Generation EU.