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INCENTIVOS FISCALES

Beneficios del ‘tax lease’ por actividades de I+D+i

El tax lease, un mecanismo fiscal basado en la transferencia de deducciones fiscales vinculadas a actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), se consolida como una herramienta clave para la financiación de proyectos innovadores en España. Este sistema permite que empresas desarrolladoras de proyectos de I+D+i transfieran sus deducciones fiscales a inversores privados, quienes a su vez obtienen una rentabilidad económica atractiva.

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“El objetivo del tax lease es sencillo, pero de gran impacto: movilizar recursos privados hacia iniciativas innovadoras y acelerar su implementación”, explica Rafael Legasa, director del área de Incentivos Fiscales y miembro del Comité Ejecutivo de Zabala Innovation. “Al permitir la transferencia de deducciones fiscales, garantizamos que tanto las empresas que desarrollan tecnología como las que financian estos proyectos obtengan beneficios significativos”, añade.

Aplicación en Haciendas Forales y territorio común

El funcionamiento del tax lease varía según el régimen fiscal aplicable. En los territorios forales del País Vasco y Navarra, la operativa es directa: las partes negociadoras –empresa desarrolladora e inversor – formalizan un contrato privado que permite transferir la deducción fiscal. Esta simplicidad ha convertido a las Haciendas Forales en un entorno favorable para este tipo de operaciones.

“En las Haciendas Forales, los inversores pueden alcanzar una rentabilidad de hasta el 120% sobre la aportación inicial. Esto significa que, en el supuesto de un proyecto de I+D que genere una deducción de 120.000 euros, la empresa desarrolladora podrá transferirla a un inversor, recibiendo a cambio una financiación de 100.000 euros”, detalla Legasa.

Para operaciones en Territorio Común, la operativa es más compleja y requiere la mediación de una agrupación de interés económico (AIE). Este vehículo jurídico canaliza los fondos del inversor hacia la empresa desarrolladora y asegura que el crédito fiscal llegue al inversor. Aunque esta estructura añade un tercer actor al proceso, las rentabilidades pueden ser mayores de las que se consiguen en las Haciendas Forales, tanto para la empresa que desarrolla el proyecto como para los inversores.

“El uso de AIE en el Territorio Común puede parecer más sofisticado, pero tiene la ventaja de generar un mayor rendimiento global. Es una solución eficiente y perfectamente adaptada a los requisitos fiscales nacionales”, aclara Legasa, quien destaca el papel de estas agrupaciones en la optimización de los flujos financieros y fiscales.

Impacto económico y estratégico

Más allá de los números, el tax lease tiene implicaciones profundas para el ecosistema de la I+D+i en España. Por un lado, reduce la dependencia de las empresas innovadoras de fuentes tradicionales de financiación, como préstamos o subvenciones públicas, que a menudo resultan insuficientes o de acceso limitado. Por otro lado, fomenta un ecosistema colaborativo entre empresas de diferentes sectores, creando un círculo virtuoso de innovación y financiación.

“En Zabala Innovation hemos observado cómo este mecanismo puede cambiar la dinámica de financiación de muchas empresas”, señala Legasa. “Un desarrollador puede pasar de enfrentarse a barreras económicas que frenan sus proyectos, a contar con un flujo de liquidez inmediato que le permite avanzar con rapidez”.

La transferencia de deducciones fiscales, además, se está convirtiendo en un incentivo especialmente atractivo para empresas que operan en sectores altamente tecnológicos, como la biotecnología, la inteligencia artificial o las energías renovables, donde las necesidades de financiación son elevadas y el riesgo asociado a la innovación es alto.

En palabras de Legasa, “para muchos sectores estratégicos, el tax lease no es solo una opción, sino una necesidad. Proporciona estabilidad financiera a las empresas desarrolladoras y permite a los inversores diversificar sus carteras de forma inteligente, con un retorno seguro y tangible”.

Flexibilidad normativa y desafíos

Aunque el tax lease se ha consolidado como una herramienta valiosa, su implementación presenta desafíos. Las diferencias entre los regímenes fiscales de las Haciendas Forales y el territorio común obligan a las empresas a adaptarse a normativas específicas, lo que puede complicar las operaciones.

“El desafío no está en el mecanismo en sí, sino en su aplicación práctica. Es importante que tanto empresas como inversores cuenten con asesoramiento especializado para garantizar que las operaciones se estructuren correctamente y cumplan con todos los requisitos legales y fiscales”, apunta Legasa a este respecto.

Pese a estos retos, el interés por el tax lease sigue creciendo, especialmente entre pequeñas y medianas empresas que buscan alternativas para financiar proyectos que, de otro modo, quedarían relegados. En este contexto, “el apoyo de consultoras especializadas como Zabala Innovation está ayudando a despejar las dudas que puedan surgir en torno a su uso”, concluye Legasa.