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ENTREVISTA

“Es fundamental que la seguridad se integre en todas las estrategias de la organización”

seguridad Margherita

Son dos de las áreas que concentran más avances tecnológicos: la seguridad y el espacio son sectores clave para el correcto desarrollo de nuestro día a día. Margherita Volpe lo sabe, y como líder del Área de Seguridad y Espacio de Zabala Innovation repasa en esta entrevista algunos de sus retos más relevantes.

La seguridad se trata de forma diferente dependiendo del tipo de actor y de su enfoque. No es un tema exclusivamente reservado a operadores del sector, sino que afecta a todos los actores como en una cadena, en la que el anillo más débil determina el nivel de seguridad de la cadena entera de valor.

Pero sí que es cierto que los grandes actores están mas organizados para enfrentarse a los diferentes problemas de seguridad que les pueden afectar. Aunque no todos integren activamente la seguridad en su estrategia de innovación, la mayoría de los grandes grupos industriales u organizaciones públicas y privadas tienen planes de gestión de riesgos, prevención, mitigación y recuperación en caso de ataques, y trabajan para ofrecer a sus empleados herramientas mínimas para enfrentarse a los riesgos que afectan a la empresa.

En el caso de pequeños actores (como por ejemplo las pymes), la situación es diferente: algunas pymes o startups tienen un enfoque claro en seguridad porque forma parte de su core business, pero otras no lo tienen en cuenta ni en su estrategia de innovación ni en la protección de sus logros, lo que provoca un gran riesgo para sí mismas y sus clientes.

Por eso es fundamental que se integre la seguridad en todas las estrategias de cada organización: por diseño en todos los productos/prototipos y como cultura en las personas que trabajan en la empresa, al fin de asegurar una protección activa de las amenazas que van emergiendo.

Son múltiples, desde el cibercrimen hasta las amenazas físicas generadas por el cambio climático y los eventos climáticos extremos (inundaciones, olas de calor, etc.). El reto no es tanto eliminar la amenaza, sino prepararse para una reacción que minimice los impactos y permita garantizar la resiliencia de los sistemas y de las personas que trabajan o viven en los entornos afectados por estas amenazas.

Además, es importante considerar tanto las amenazas en sí mismas como sus efectos en cascada y las interdependencias entre sistemas, lo que se ha hecho más relevante por tendencias como la digitalización. Como conecta sistemas diferentes, al atacar por ejemplo puntos más débiles como los sensores que controlan una instalación remota se puede afectar a toda la red entera y a sus puntos clave.

No lo parece. El sector de la seguridad se considera un mercado nicho por parte de muchos agentes y de la sociedad civil, de alguna forma se percibe con respeto y distancia. Sería importante salirse de esta percepción para hacer, por ejemplo, que la policía sea más consciente de las percepciones de las comunidades y de los grupos minoritarios, o para que la ciudadanía pase a ser un actor activo en casos de crisis en vez de una víctima a la que atender.

También para mejorar la concienciación de los empleados frente a las amenazas virtuales y físicas, de manera que se pueda mejorar su propia protección y la de todas las cadenas de valor en las que operan.

Las tecnologías satelitares nos pueden ayudar de muchas formas y encuentran aplicaciones en la mayoría de los sectores, desde la localización de vehículos o personas en un entorno dado, hasta la mejora de la toma de decisiones o la predicción de escenarios a largo plazo a partir de imágenes satelitares.

La Comisión Europea desarrolla servicios específicos basados en componentes como por ejemplo Copernicus, el servicio dedicado a la prevención de fuegos y utilizado por muchos actores tanto en el entorno académico como en entornos más operativos. Y se nota que trata de sacar mucho valor a las tecnologías satelitares, porque en las convocatorias europeas promueve el uso de sus componentes (Copernicus y Galileo) en contextos que no sólo son de espacio o seguridad, sino también de energía, medioambiente, transporte…

Seguramente sí. Si pensamos en entornos o sectores más lejanos también tienen aplicaciones o necesidades vinculadas a la seguridad y el espacio.

Por ejemplo, en salud se está trabajando mucho en compartir datos para ofrecer mejores servicios a los ciudadanos y para mejorar las bases de datos para la investigación. Pero estos datos pertenecen a las personas y es esencial garantizar que no sean manipulados o robados durante un ciberataque, así como que se traten de forma “alineada” a los requisitos del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Al mismo tiempo, hay investigaciones en salud que pueden aportar mucho al entorno defensa, por ejemplo para reducir los riesgos ligados a la contaminación química o bacteriológica (CBRNe).

O si pensamos en el sector de la agricultura, las aplicaciones de las tecnologías satelitares nos pueden permitir analizar la salud de los campos, por ejemplo.

Las tecnologías más interesantes en este momento para el campo de la seguridad tienen que ver con la aplicación de drones, inteligencia artificial y satélites para manejar situaciones de crisis (desastres naturales o actos terroristas) y para contrastar actos criminales.

Sobre el tema de espacio, el futuro a medio plazo es la aplicación concreta de las tecnologías cercanas a las necesidades de los diferentes mercados, así como la reducción del impacto y de los costes de estas tecnologías. También para utilizarlas para que contribuyan a los objetivos transversales de la UE, como el Pacto Verde Europeo, o la promoción del emprendimiento y la innovación en este sector, con programas como CASSINI.

El Programa Horizon Europe dedica una destination al tema de espacio para el desarrollo de tecnologías espaciales (como los sistemas de propulsión) y las aplicaciones de sus core components (Galileo y Copernicus), y un clúster entero al tema de seguridad que cubre la lucha contra el crimen y el terrorismo, ciberseguridad, resiliencia ante los desastres o la gestión de fronteras, entre otros.

Y el Fondo Europeo de Defensa, lanzado en 2021 tras unos años de experimentación (PADR, EDIDP), cubre acciones de desarrollo y investigación en entornos militares, con la posibilidad de transferir resultados o productos civiles para el entorno militar, con enfoque en diferentes áreas: salud, energía, vehículos militares, ciberseguridad, etc.

Las grandes empresas (como Leonardo o Thales) son muy conscientes de estas oportunidades, por lo que el reto es involucrar a los actores menos habituales (ONG, investigadores) en las oportunidades de desarrollo de este sector, porque todavía se percibe como muy cerrado y dedicado exclusivamente a los grandes actores.

Sí, externa e internamente, para que este sector no se considere como algo vertical y dirigido solo a los especialistas, sino que forme parte de todos los proyectos. En nuestra área trabajamos para estar siempre al día con las novedades de financiación para estos sectores, y con las últimas novedades del mercado. Además, desarrollamos proyectos para nuestros clientes y promocionamos la participación activa de nuestra empresa como un actor que puede aportar mucho en términos de perspectiva de innovación social.

En este vídeo podrás conocer mejor el trabajo del Área de Seguridad y Espacio de Zabala Innovation.