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Cómo pasar de la ‘short’ a la ‘full proposal’ en EIC Accelerator y no morir en el intento

EIC Accelerator éxito

Lograr el respaldo del programa EIC Accelerator es un hito clave para muchas startups y pequeñas empresas innovadoras en Europa. Este programa, dotado con 634 millones de euros para 2024, es el más ambicioso del Consejo Europeo de Innovación (EIC, por sus siglas en inglés) y está diseñado para apoyar a empresas que buscan escalar sus innovaciones y llevarlas al mercado global. El camino no es sencillo: pasar de la fase de la short a la full proposal es un desafío que exige estrategia, preparación y, sobre todo, conocimiento de los detalles del proceso. El tiempo, sin embargo, apremia: las entidades seleccionadas tienen solo hasta el 12 de marzo de 2025 para presentar su full proposal.

“Pasar a la segunda fase no consiste únicamente en expandir la propuesta inicial”, advierte Sara San Martín, consultora de Zabala Innovation y experta en convocatorias del EIC Accelerator. “Es un cambio de nivel: aquí se requiere demostrar de forma exhaustiva cómo la innovación de tu empresa puede impactar en el mercado europeo y global, y cómo gestionareis los riesgos asociados para alcanzar el éxito”, añade.

¿Qué es la ‘full proposal’ y cómo se diferencia de la ‘short proposal’?

La short proposal, como primera fase del proceso, es una presentación breve que destaca la idea innovadora y su viabilidad inicial. Por el contrario, la full proposal requiere un nivel de detalle mucho mayor, ya que abarca todos los aspectos críticos del proyecto, desde su impacto potencial hasta la planificación financiera, pasando por la excelencia, la implementación y la gestión de riesgos.

“La evaluación de la full proposal es rigurosa, con una tasa de éxito que se sitúa entre el 10 % y el 12 %, lo que indica un nivel de competencia y de exigencia muy alto”, apunta San Martín. “La full proposal no solo analiza si tu innovación es técnicamente viable, sino si puede convertirse en un éxito comercial y generar impacto en el mercado europeo”, insiste esta experta, quien avisa: “Aunque hayas superado la fase inicial, el trabajo está lejos de terminar”.

En este sentido, entre otros elementos clave, la sección dedicada al impacto del proyecto deberá incluir un análisis exhaustivo de los beneficios esperados para la sociedad y el mercado, así como la propuesta de valor única. La excelencia técnica abarcará el potencial disruptivo de la innovación, su base científica y tecnológica, y el estado del arte. En el apartado dedicado a la implementación se detallarán los riesgos, la estrategia de mitigación y un plan financiero basado en el lump sum.

Este sistema permite desglosar los costes del proyecto en bloques de trabajo claramente definidos y facilita la justificación de los fondos, puesto que la financiación no se vincula directamente a los costes incurridos, sino a la consecución de resultados concretos establecidos en los hitos del proyecto. Si estos se cumplen satisfactoriamente, el pago se realiza independientemente de cuánto haya costado ejecutarlos. Según San Martín, este enfoque supone una ventaja significativa, pero también un reto. En sus palabras, “el lump sum exige una planificación impecable, ya que hay que dividir el proyecto en paquetes de trabajo realistas, asociados a hitos alcanzables, para asegurar que el presupuesto refleje tanto los objetivos como la viabilidad técnica y comercial del proyecto”.

Cómo afrontar el desafío de la ‘full proposal’

El calendario también juega un papel determinante. En menos de tres meses la full proposal deberá estar depositada, lo que requiere rapidez y eficiencia por parte de los actores implicados. “Para elaborar una propuesta ganadora, recomendamos trabajar al menos mes y medio antes de la fecha de corte”, señala San Martín.

El proceso requiere coordinar a todas las entidades que participan en el proyecto y abordar cada apartado del documento con la máxima precisión. Por ejemplo, uno de los retos es preparar un plan financiero sólido y realista, que no solo cubra las necesidades del proyecto, sino que también justifique claramente el uso de los fondos europeos.

Otro aspecto crítico es la gestión de riesgos. “La Comisión Europea quiere ver que has anticipado posibles obstáculos y tienes una estrategia clara para superarlos”, comenta San Martín. Esto incluye desde problemas técnicos hasta barreras regulatorias o la entrada de competidores en el mercado.

Por último, no hay que olvidar la importancia de la comunicación. La propuesta debe ser clara, coherente y persuasiva, utilizando un lenguaje adaptado al público evaluador. “La clave es contar una historia sólida y convincente sobre tu proyecto: por qué es necesario, qué problema resuelve y cómo se convertirá en una solución innovadora para Europa y el mundo”, añade San Martín.

¿Por qué contar con el apoyo de expertos?

Dada la complejidad del proceso, muchas empresas optan por contar con el apoyo de consultores especializados en programas europeos. Zabala Innovation tiene una trayectoria de más de 30 años ayudando a empresas a maximizar sus posibilidades de éxito en convocatorias como el EIC Accelerator.

“Nuestra experiencia nos permite anticiparnos a lo que buscan los evaluadores y ayudar a las empresas a presentar propuestas de alta calidad”, explica San Martín. Desde 2014, Zabala Innovation ha apoyado más de 400 propuestas en este programa y en el SME Instrument, obteniendo una tasa de éxito del 40% en la fase de full proposal del EIC Accelerator, muy por encima de la media europea. Además, ha contribuido a que más de 100 proyectos obtuvieran el Sello de Excelencia, un reconocimiento a la alta calidad de las propuestas.

Zabala Innovation ofrece un acompañamiento completo durante todo el proceso, incluyendo la preparación de la entrevista final en caso de que la propuesta pase a la fase de evaluación presencial. “Nos aseguramos de que cada sección esté bien estructurada y pulida, y que cada detalle esté alineado con los criterios de evaluación del EIC”, subraya San Martín. Y concluye: “Sabemos cómo presentar cada parte de tu proyecto para resaltar sus fortalezas y minimizar cualquier posible riesgo. Además, entendemos que cada proyecto es único, por lo que nos aseguramos de que cada propuesta esté adaptada a las características específicas de tu empresa, tu innovación y tus necesidades”.