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EFICIENCIA ENERGÉTICA

La importancia de medir el impacto ambiental, económico y social para mejorar la eficiencia energética en ciudades

eficiencia energética

La palabra SINFONIA, citando la definición de la RAE, hace referencia a un ‘conjunto de voces, de instrumentos, o de ambas cosas, que suenan acordes a la vez’.

Proyecto SINFONIA

Esta definición se adapta de igual manera al proyecto SINFONIA, financiado por la Comisión Europea, que durante los últimos siete años ha desarrollado y testado soluciones de eficiencia energética integradas a nivel de distrito con el objetivo de reducir tanto el consumo de energía (50%) como las emisiones de CO2.

Para lograr este objetivo, los 38 socios de SINFONÍA, pertenecientes a 7 países diferentes, se han coordinado y han colaborado sumando sus conocimientos y experiencia para proponer un modelo de rehabilitación energética integrada que pueda aplicarse a distritos de ciudades europeas de tamaño medio, las más abundantes en el continente. Estas medidas se han implementado y testado en dos ciudades europeas: Innsbruck (Austria) y Bolzano (Italia).

Entre los socios, ZABALA se ha unido a la melodía liderando las actividades de medición de impacto ambiental y socioeconómico y el análisis del potencial de replicación de las medidas o soluciones desarrolladas en el proyecto.

Como principal resultado de esta actividad, ZABALA, junto con el resto de socios, ha realizado un análisis de la replicación del “enfoque SINFONIA” en los 27 países que componen la Unión Europea. Dicho análisis, desarrollado principalmente en el entregable 9.6 “Impact assessment for the remaining 20 Members States” ha permitido identificar las tecnologías y metodologías de las que se podrían beneficiar otros estados miembros teniendo en cuenta los siguientes parámetros: condiciones climáticas, precio de la energía, políticas y normativas energéticas nacionales, perfil urbano y características sociológicas.

Aplicando un “enfoque de distancia”, se han analizado las similitudes de las ciudades de los 27 países europeos con las dos ciudades piloto, clasificando los países en tres grupos: el primero, compuesto por los países con condiciones muy parecidas, y el tercero con condiciones totalmente diferentes.

¿Qué conclusiones se han podido sacar?

Esta clasificación ha arrojado una interesante conclusión acerca del impacto europeo del proyecto: las soluciones pueden aplicarse en su totalidad en 12 países de la Unión Europea, mostrando la representatividad de las ciudades piloto.

El proyecto, sin embargo, tiene el potencial de beneficiar a todos los países miembro a través de las metodologías y herramientas sociales desarrolladas: las herramientas de apoyo en la toma de decisiones, las lecciones de coordinación de actores a nivel local y las herramientas de relacionamiento con los grupos locales. Estas soluciones, que se han denominado “medidas blandas” o “soft measures”, tienen un papel clave a la hora de agilizar la toma de decisiones previa a la implementación de proyectos de rehabilitación energética, fomentar la máxima coordinación entre los agentes locales y asegurar un completo aprovechamiento de las medidas de eficiencia energéticas a través de la promoción de conductas responsables y la formación en ahorro energético.

La replicabilidad de estas medidas arroja también una relevante conclusión acerca de la evolución de los aspectos sociales en proyectos energéticos: la participación ciudadana se ha convertido en clave para el éxito de este tipo de iniciativas. El compromiso de las comunidades locales es imprescindible para alcanzar los objetivos de eficiencia energética en su totalidad. La inclusión de una metodología de medición de impacto social es una recomendación a futuro para este tipo de iniciativas.

La consecución de la Agenda 2030 y de los ODS requiere de estas medidas. La mayoría de la población mundial vive en ciudades y los retos son todavía mayores si tenemos en cuenta la actual crisis que estamos viviendo con el COVID19. En este contexto se hace más necesario que nunca abordar de una perspectiva transversal (salud, innovación y tecnología, aspectos sociales, igualdad) los desafíos actuales.

En conclusión, como en toda SINFONIA es necesario que todos los actores de las ciudades trabajen al mismo ritmo, conociendo bien la ruta a seguir y participando cuando es necesario. Una sola nota fuera de tono puede poner en peligro la armonía de la pieza completa, por ello es imprescindible la máxima colaboración de todos los agentes para que los objetivos establecidos se cumplan, y las ciudades puedan contribuir en mayor medida a la consecución de los objetivos ambientales.