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Defensa

La defensa europea apuesta por la innovación de las pymes

EDF 2025

Entre muchas otras iniciativas, el Fondo Europeo de Defensa (EDF, por sus siglas en inglés) lanzó, a mediados de febrero, dos convocatorias no temáticas dirigidas a fomentar la participación de las pymes y fortalecer las capacidades tecnológicas e industriales de la UE. Con una financiación atractiva que puede cubrir hasta el 100% de los costes elegibles, estas iniciativas están especialmente dirigidas a las pymes innovadoras y consorcios capaces de satisfacer las necesidades críticas del sector de la defensa.

Las convocatorias no temáticas, que permanecerán abiertas para la presentación de propuestas hasta el 16 de octubre de 2025, “reflejan una clara intención de la UE de desarrollar su autonomía estratégica en el campo de la defensa, basándose en la innovación y la capacidad de respuesta de su ecosistema de pymes”, según Laurent Pelliser, consultor sénior en proyectos europeos de Zabala Innovation.

La convocatoria EDF-2025-LS-DA-SME-NT se centra específicamente en las pymes europeas, fomentando su papel en el desarrollo rápido y rentable de nuevas tecnologías de defensa. El objetivo es apoyar a estas empresas en la transformación de sus resultados de investigación en productos operativos, financiando actividades como el desarrollo de prototipos, pruebas, validación y certificación.

Esta iniciativa está dirigida a proyectos con una duración de entre dos y cuatro años y un presupuesto inferior a 6 millones de euros. Para ser seleccionados, los proyectos deben demostrar su carácter innovador, su impacto potencial en las capacidades de defensa de Europa, así como su viabilidad técnica y financiera. En esta convocatoria, la financiación puede alcanzar el 90% de los costes elegibles en algunas categorías de actividades, e incluso el 100% con bonificaciones para los proyectos que involucren a pymes y promuevan la cooperación transnacional.

“Esta medida tiene como objetivo compensar la falta de recursos de estas empresas, a menudo obstaculizadas por importantes restricciones financieras”, detalla Pelliser.

La segunda convocatoria no temática, EDF-2025-LS-RA-SMERO-NT, también se centra en el papel de las pymes y los centros de investigación para apoyar la innovación en defensa. Uno de los principales aspectos de la convocatoria es su foco en la investigación y la generación e integración de conocimientos, así como en estudios y diseño, más que en el desarrollo. Todas las actividades se beneficiarán de un 100% de financiación basada en los costes elegibles.

Los proyectos que se seleccionen se basarán en tecnologías y soluciones innovadoras capaces de apoyar la preparación, capacidad de despliegue, fiabilidad, seguridad y sostenibilidad de las fuerzas de defensa, con un presupuesto que debe mantenerse por debajo de los 4 millones de euros. En cualquier caso, la recomendación es basarse en investigaciones y soluciones inicialmente desarrolladas para el sector civil y continuar con el trabajo realizado en proyectos de investigación previamente financiados por programas de la UE.

Autonomía estratégica y rigor

“En estas dos convocatorias, solo las pymes y los centros de investigación pueden formar parte de los consorcios, que deben ser dirigidos exclusivamente por una pyme. Además, al menos el 60 % del presupuesto total debe ser atribuido a las pymes participantes”, enfatiza Pelliser. “Este enfoque ofrece una gran flexibilidad a los promotores de proyectos para responder a las necesidades emergentes de defensa, pero también para proporcionar oportunidades para tecnologías disruptivas”, añade.

De hecho, el énfasis está en la autonomía estratégica: al financiar proyectos innovadores con alto potencial tecnológico, la UE busca reducir su dependencia de proveedores extranjeros y fortalecer sus capacidades industriales. “El objetivo es garantizar una cadena de suministro europea sólida y resiliente, capaz de responder rápidamente a los desafíos de seguridad”, afirma este experto.

Las dos convocatorias se distinguen por tener criterios de evaluación particularmente exigentes, que van más allá de la innovación tecnológica. Además del impacto potencial en las capacidades de defensa, la UE examinará cuidadosamente la viabilidad técnica y financiera de los proyectos, así como la capacidad de los promotores para llevarlos a cabo. “La UE quiere evitar financiar proyectos prometedores sobre el papel, pero inviables en la práctica. Por ello, la evaluación también se centrará en la experiencia y habilidades de los equipos de los proyectos”, explica Pelliser.

Este rigor forma parte de un deseo de optimizar el uso de fondos públicos y garantizar beneficios concretos para los Estados miembros. El proceso de selección también incluirá un análisis de la rentabilidad de las tecnologías propuestas, para favorecer soluciones que ofrezcan el mejor compromiso entre rendimiento y coste.

Los desafíos de la cooperación transnacional

El EDF, además, busca promover proyectos que involucren a varios Estados miembros, con el objetivo de robustecer la interoperabilidad de las capacidades de defensa europeas. Los consorcios transnacionales que se presenten a convocatorias con mayores niveles de preparación tecnológica, como las de acciones de desarrollo, podrán beneficiarse de bonificaciones que impacten en la tasa de financiación, basadas en la cooperación más allá de las fronteras, específicamente con pymes y empresas medianas. Al respecto, Pelliser insiste: “La cooperación transnacional es crucial para reunir habilidades, fortalecer la integración de la base industrial y tecnológica de defensa europea y formar consorcios de alto nivel”.

Este enfoque colectivo busca evitar la fragmentación del mercado de defensa europeo, a menudo criticado por su falta de coherencia y duplicaciones costosas. Al favorecer las sinergias entre las pymes, los centros de investigación y los grandes grupos industriales, la UE espera optimizar sus inversiones y acelerar el desarrollo de tecnologías estratégicas.

Preparación impecable

El calendario para estas dos convocatorias, como el de otras iniciativas del EDF, requiere una preparación meticulosa y una rápida movilización de los promotores de proyectos. “Las pymes deberán asegurarse de tener documentación completa y convincente, ya que la competencia será dura”, advierte Pelliser.

Estas dos convocatorias forman parte de una dinámica más amplia orientada a consolidar la base industrial y tecnológica de defensa europea, como evidencian otras iniciativas del EDF 2025. La duración de los proyectos, entre dos y cuatro años, está pensada para ser compatible con los rápidos ciclos de innovación del sector de la defensa. Al financiar directamente el desarrollo de prototipos y su validación, el EDF busca acortar el tiempo de comercialización de nuevas tecnologías.

La implicación creciente de las pymes innovadoras refleja un deseo de diversificar las fuentes de innovación y fomentar una mayor agilidad frente a amenazas emergentes. “Involucrar a las pymes en esta estrategia se antoja esencial, puesto que a menudo son más rápidas y capaces de proporcionar soluciones disruptivas”, concluye Pelliser.