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Descarbonización

¿Qué es la descarbonización de la industria?

descarbonización de la industria

La descarbonización de la industria es el proceso de reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero generados por actividades industriales. El objetivo es minimizar la contribución de la industria al cambio climático y al calentamiento global, según el Acuerdo de París y otros compromisos internacionales. La descarbonización de la industria es un proceso complejo y multifacético, pero los expertos y distintas organizaciones la consideran crucial para reducir el impacto ambiental y avanzar hacia un futuro más sostenible.

¿Qué conlleva la descarbonización de la industria?

  • Eficiencia energética: mejorar la eficiencia en el uso de la energía para reducir el consumo y las emisiones asociadas.
  • Energías renovables: sustituir los combustibles fósiles por fuentes de energía renovable, como la solar, eólica o biomasa.
  • Electrificación: sustituir procesos que utilizan combustibles fósiles por procesos eléctricos, especialmente si la electricidad proviene de fuentes renovables.
  • Captura y almacenamiento de carbono: implementar tecnologías para capturar el CO₂ emitido y almacenarlo de manera segura.
  • Economía circular: promover la reutilización, reciclaje y reducción de residuos para minimizar la producción de nuevos materiales y la energía requerida.
  • Innovación tecnológica: desarrollar y adoptar nuevas tecnologías que reduzcan o eliminen las emisiones.

¿A quién afecta la descarbonización de la industria?

  • Empresas y sectores industriales, especialmente aquellos con altas emisiones, como la producción de acero, cemento, químicos, y refinerías.
  • Gobiernos y políticos, a través de la creación de políticas, regulaciones y subsidios que promuevan la descarbonización.
  • Inversionistas y financieros, ya que estos juegan un papel crucial al financiar proyectos de descarbonización y priorizar inversiones sostenibles.
  • Consumidores, cuya demanda de productos sostenibles puede influir en las prácticas industriales.
  • Investigadores y universidades que desarrollan nuevas tecnologías y métodos para reducir emisiones.

¿Cuáles son los retos de la descarbonización industrial?

  • Costos: las tecnologías de descarbonización pueden ser costosas, y las empresas deben equilibrar estos costos con la competitividad económica.
  • Tecnología: algunas tecnologías necesarias para la descarbonización completa aún no están totalmente desarrolladas o comercialmente disponibles.
  • Infraestructura: la necesidad de nueva infraestructura, como redes eléctricas robustas y sistemas de captura de carbono.
  • Regulación y política: las políticas gubernamentales deben ser claras y consistentes para fomentar la inversión y la adopción de nuevas tecnologías.
  • Aceptación y adaptación: Las empresas y la sociedad deben adaptarse y aceptar los cambios necesarios para lograr la descarbonización.

¿Cómo se puede realizar la descarbonización de la industria?

  • Desarrollo de políticas y regulaciones: implementar políticas que fomenten la reducción de emisiones y el uso de energías renovables.
  • Incentivos económicos: proporcionar subsidios, créditos fiscales y otros incentivos para empresas que adopten tecnologías de descarbonización.
  • Fomento de la innovación: invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías limpias.
  • Educación y capacitación: capacitar a la fuerza laboral en nuevas tecnologías y prácticas sostenibles.
  • Colaboración internacional: compartir conocimientos, tecnologías y recursos a nivel global para acelerar la descarbonización.

¿Qué convocatorias hay en España para proyectos de descarbonización de la industria?

La primera convocatoria de la línea 1 del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Descarbonización Industrial concluyó el 17 de abril. Esta iniciativa está destinada a financiar proyectos que reduzcan las emisiones contaminantes de las empresas en diversos ámbitos, como la disminución del uso de materias primas, el reaprovechamiento de residuos o subproductos, el cambio hacia el consumo de energías renovables, la introducción del autoconsumo de energía renovable, el aprovechamiento de flujos de calor y la colaboración sinérgica con otras empresas industriales.

Con un enfoque de concurrencia no competitiva, la convocatoria contó con una dotación de 1.000 millones de euros, distribuidos equitativamente entre subvenciones y préstamos.

Tras esta primera fase, se prevé una nueva convocatoria de la línea 1 para el segundo semestre de 2024. Además, el Gobierno está preparando la convocatoria correspondiente a la línea 4, destinada a nuevas instalaciones manufactureras altamente eficientes y descarbonizadas, con un presupuesto de 150 millones de euros en subvenciones y 100 millones de euros en préstamos.

¿Cuál es el contexto global?

En 2023, las emisiones del sector industrial disminuyeron un 7% por una combinación de menor actividad y altos precios de la energía, según el último Informe sobre el estado del Sistema de Comercio de Emisiones de la UE del think-tank Mesa redonda europea sobre cambio climático y transición sostenible (ERCST, por sus siglas en inglés).

Globalmente, en 2022, el sector industrial fue directamente responsable de la emisión de 9,0 Gt de CO2, lo que representa una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono del sistema energético mundial, sin incluir las emisiones indirectas de la electricidad utilizada para los procesos industriales, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés). En su página web, esta organización autónoma creada en 1974 por la OCDE señala que las emisiones anuales disminuyeron ligeramente tanto en 2020 como en 2022, pero no lo suficiente como para alinearse con su Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050, en el que las emisiones procedentes de la industria se deberían reducir a unas 7 Gt de CO2 para 2030.

“Ya se han logrado mejoras modestas en la eficiencia energética y en la adopción de energías renovables [en la industria], y se han dado algunos pasos positivos en los ámbitos de la colaboración internacional y la innovación”, se puede leer en la página web de la IEA. “Los avances, sin embargo, son demasiado lentos. Se necesita una mayor eficiencia material y energética, una adopción más rápida de los combustibles con bajas emisiones de carbono y un desarrollo y despliegue más rápidos de los procesos de producción con emisiones próximas a cero, incluida la captura, utilización y almacenamiento de carbono y el hidrógeno”, advierten desde la agencia.