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XFLEX HYDRO: Energía con tecnología hidroeléctrica innovadora
XFLEX HYDRO fue anunciado en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP25) en Madrid
Next Generation EU
Resolvemos las cuestiones que más frecuentemente se plantean sobre el fondo de recuperación propuesto por la Comisión Europea
La Comisión ha propuesto un presupuesto de la UE reforzado para hacer frente a los daños económicos y sociales inmediatos provocados por la pandemia de coronavirus, impulsar una recuperación sostenible y preservar y crear puestos de trabajo.
Las propuestas anunciadas se basan en lo siguiente:
Junto con las tres importantes redes de seguridad para los trabajadores, las empresas y los Estados, con una dotación por valor de 540 000 millones de euros aprobada por el Consejo Europeo el 23 de abril de 2020, estas medidas excepcionales adoptadas por la UE superarán la cifra de 1,29 billones de euros de ayuda específica y consagrada en los primeros años a la recuperación europea.
El nuevo instrumento Next Generation EU reforzará el presupuesto de la UE con otros 750 000 millones de euros.
Será un instrumento temporal de emergencia creado únicamente para acelerar la recuperación de Europa y prestar apoyo a las partes de nuestra economía que más lo necesiten.
El marco financiero para 2021-2027 propuesto por la Comisión en 2018, reforzado por el Mecanismo para una Transición Justa y los cambios propuestos , sigue siendo el punto de referencia esencial para la fase final de las negociaciones.
El instrumento Next Generation EU y los refuerzos específicos del presupuesto a largo plazo de la UE para el período 2021-2027 elevarán la capacidad financiera total del presupuesto de la Unión a 1,85 billones de euros.
El Fondo Europeo de Desarrollo, que es un acuerdo intergubernamental de financiación de la política de desarrollo de los países de África, el Caribe y el Pacífico, con una dotación de 30 000 millones de euros para el período 2014-2020, seguirá formando parte del próximo presupuesto de la UE.
Los elementos centrales de la propuesta inicial de la Comisión de mayo de 2018 siguen siendo válidos.
Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta el curso de las negociaciones y las opciones con miras a un compromiso que han debatido los Estados miembros.
El paquete se articula en torno a tres pilares: instrumentos para apoyar los esfuerzos de los Estados miembros por recuperarse, reparar los daños y salir reforzados de la crisis; medidas para impulsar la inversión privada y apoyar a las empresas en dificultades; y refuerzo de los programas clave de la UE para extraer las enseñanzas de la crisis, hacer que el mercado único sea más fuerte y resiliente, y acelerar la doble transición ecológica y digital.
La inversión debe desempeñar un papel fundamental en una recuperación equilibrada y sostenible. Por lo tanto, la Comisión propone utilizar una serie de instrumentos para apoyar la inversión y las reformas en los Estados miembros, centrándose en los casos en que el impacto de la crisis y las necesidades de resiliencia sean mayores:
Para ayudar a los más vulnerables de entre nosotros (los jóvenes y los niños sumidos en la pobreza), la Comisión propone cambios en los recursos del Fondo Social Europeo Plus. Los Estados miembros con niveles de desempleo juvenil superiores a la media de la UE deben programar al menos el 15 % de estos fondos para apoyar a los jóvenes. Al menos el 5 % de los fondos debe servir para contribuir a sacar a los niños de la pobreza.
Es necesario actuar con urgencia para relanzar la economía y sentar las condiciones para una recuperación inducida por la inversión privada en sectores y tecnologías clave. Por lo tanto, la Comisión propone lo siguiente:
Además, en el marco de InvestEU, la Comisión propone crear un Instrumento de Inversión Estratégica para aumentar la resiliencia de Europa alcanzando la autonomía estratégica en las cadenas de suministro vitales a escala europea y manteniendo al mismo tiempo su apertura a la competencia y al comercio de acuerdo con sus normas. Gracias a una garantía de 15 000 millones de euros con cargo a Next Generation EU, el nuevo instrumento ofrecerá una garantía de 31 500 millones de euros con cargo al presupuesto de la UE y podría generar inversiones de hasta 150 000 millones de euros en sectores estratégicos y cadenas de valor fundamentales, tales como las que son cruciales para la doble transición ecológica y digital.
La crisis ha subrayado el valor de la cooperación europea y ha demostrado claramente que la Unión debe reforzar urgentemente su capacidad para responder a las crisis y fomentar la resiliencia frente a futuras perturbaciones. Por lo tanto, la Comisión propone lo siguiente:
La crisis ha demostrado claramente que, en varios ámbitos clave, las ayudas negociadas por los dirigentes en febrero no serán suficientes. Además de los refuerzos con cargo al instrumento Next Generation EU, la Comisión propone consolidar otros programas para que puedan desempeñar plenamente su papel de hacer que la Unión sea más resiliente y afrontar los desafíos que plantea la pandemia y sus consecuencias:
La crisis actual ha demostrado una vez más que la UE necesita un presupuesto flexible para poder reaccionar ante posibles dificultades imprevistas. Por consiguiente, la Comisión propone reforzar la flexibilidad y los instrumentos de emergencia para el período 2021-2027, y en particular:
En conjunto, estos instrumentos aportarán hasta 21 000 millones de euros más de financiación de emergencia durante el período 2021-2027, en comparación con las propuestas de la Comisión de 2 de mayo de 2018.
Los límites máximos del marco financiero plurianual se definen a precios constantes de 2018 y la Comisión presenta sus propuestas sobre esta base. [Paralelamente y en aras de la transparencia, la Comisión facilita información tanto a precios de 2018 como corrientes].
La Comisión ha publicado un documento de trabajo de los servicios de la Comisión con un análisis de los daños que la crisis del coronavirus ha provocado en la economía europea. El análisis se refiere, por una parte, a las necesidades relacionadas con las pérdidas de capital de las empresas europeas y, por otra, a la brecha de inversión prevista en 2021 y 2022.
Según las conclusiones de la Comisión, las pérdidas de capital derivadas de unos beneficios más bajos en 2020 y 2021 oscilarán entre 700 000 millones y 1,2 billones de euros. Los efectos pueden ser más graves en determinados sectores, como el turismo y el transporte. Además, se prevén repercusiones transfronterizas en relación con el funcionamiento del mercado único.
El análisis también detecta una brecha de inversión prevista en 2021 y 2022 de al menos 1,5 billones de euros. Esto abarca la brecha de inversión básica directamente relacionada con la crisis, las necesidades adicionales puestas de manifiesto por la crisis, y las inversiones que no están directamente relacionadas con la crisis, pero que son necesarias para proceder a las transiciones ecológica y digital.
En la propuesta, la Comisión presenta instrumentos que abordan tanto las necesidades de solvencia de las empresas europeas como las necesidades globales de inversión de la economía. Además, el presupuesto de la UE sigue siendo un instrumento crucial para lograr un crecimiento y un empleo sostenibles basados en la doble transición ecológica y digital.
El presupuesto de la UE, con Next Generation EU como elemento central, es un potente instrumento para hacer frente a los efectos de la crisis, y complementa los esfuerzos ya realizados a nivel nacional y europeo. Los esfuerzos realizados por los inversores privados también desempeñarán un papel importante para hacer frente a las necesidades detectadas. Junto con las tres importantes redes de seguridad para los trabajadores, las empresas y los Estados aprobadas por el Consejo Europeo el 23 de abril y que cuentan con una dotación por valor de 540 000 millones de euros, estas medidas excepcionales adoptadas a nivel de la UE sumarán 1,29 billones de euros en concepto de ayuda específica y concentrada en los primeros años a la recuperación europea. Aplicando estimaciones prudentes del efecto multiplicador del marco financiero plurianual y de Next Generation EU, la inversión total que podría generar este conjunto de medidas asciende a 3,1 billones de euros.
En mayo de 2018, la Comisión presentó su propuesta de presupuesto a largo plazo, estrechamente ajustado a las prioridades políticas de la Unión con 27 Estados miembros y teniendo en cuenta las consecuencias presupuestarias de la retirada del Reino Unido.
La Comisión mantiene estas propuestas, que se están reforzando y adaptando para impulsar la recuperación de Europa con perspectivas de futuro para la próxima generación.
Además, la Comisión está aumentando la capacidad presupuestaria con los recursos movilizados mediante el instrumento Next Generation EU. Esto dotará al presupuesto de la UE de la capacidad necesaria para impulsar la economía y demostrar la solidaridad entre los Estados miembros.
Se trata de un instrumento de emergencia único, creado con carácter temporal y exclusivamente con fines de respuesta a la crisis y de recuperación. La captación de financiación en los mercados financieros contribuirá a repartir los costes de financiación a lo largo del tiempo, de modo que los Estados miembros no tengan que aportar importantes contribuciones adicionales al presupuesto de la UE durante el período 2021-2027. Los fondos se canalizarán a través del presupuesto de la UE a los Estados miembros en apoyo de las prioridades de inversión y reforma, y servirán para reforzar los programas financieros clave para la recuperación.
El marco financiero para 2021-2027 propuesto por la Comisión en 2018, reforzado por el Mecanismo para una Transición Justa y los cambios propuestos, sigue siendo el punto de referencia esencial para la fase final de las negociaciones. La estructura propuesta, la cuantía de las ayudas, el equilibrio entre las prioridades y las características clave, como el objetivo de dedicar al menos el 25 % del gasto a la acción por el clima, y las medidas de apoyo a la igualdad de género y la no discriminación son, todos ellos, aspectos necesarios para tener un paquete de recuperación equilibrado. Otra característica clave es la propuesta de la Comisión de un Reglamento sobre la protección del presupuesto de la UE frente a deficiencias generalizadas en materia de Estado de Derecho.
Se reforzarán aún más las firmes medidas de protección del presupuesto frente al fraude y las irregularidades. La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y la Fiscalía Europea ejercerán sus facultades de control e investigación.
La neutralidad desde el punto de vista del clima y el futuro digital son esenciales para la resiliencia, el crecimiento y la prosperidad a largo plazo de Europa.
En su calidad de estrategia de crecimiento de la Unión, el Pacto Verde Europeo, incluido el Mecanismo para una Transición Justa propuesto en enero, y las estrategias digital e industrial de la Unión son vitales para la recuperación y el crecimiento sostenibles de la UE y siguen siendo los puntos de referencia indispensables para la competitividad de Europa a largo plazo.
La doble transición sigue siendo un elemento central de las propuestas, ya que es esencial para relanzar nuestra economía y preparar el futuro para la próxima generación. Por consiguiente, las inversiones y las reformas para avanzar tendrán que formar parte de todos los planes nacionales de recuperación y resiliencia. Todas las actividades financiadas deben realizarse respetando plenamente las prioridades en materia de clima y medio ambiente de la Unión.
Un programa InvestEU reforzado podrá prestar un apoyo crucial a las empresas en la fase de recuperación y, al mismo tiempo, garantizará que los inversores tengan muy en cuenta las prioridades políticas de la Unión a medio y largo plazo, como el Pacto Verde Europeo y el reto que plantea la digitalización. Invertir en una oleada de renovaciones a gran escala, hidrógeno limpio, energías renovables, transporte limpio, alimentos sostenibles y una economía circular inteligente, tiene un enorme potencial para hacer crecer la economía europea. Invertir en infraestructuras y capacidades digitales contribuirá a impulsar la competitividad y la soberanía tecnológica. Invertir en la resiliencia ante futuros retos sanitarios, en la biodiversidad y en la autonomía estratégica hará que la Unión esté mejor preparada ante futuras crisis.
La iniciativa REACT-UE facilitará financiación adicional para la política de cohesión de aquí a 2022, con la flexibilidad excepcional introducida a principios de este año en virtud de las iniciativas de inversión en respuesta al coronavirus, por ejemplo, los procedimientos simplificados, la posibilidad de transferir recursos entre fondos y categorías de regiones, y una relajación de las normas de cofinanciación, lo que permitirá que el presupuesto de la UE aporte la totalidad de la financiación.
Sobre esta base, la Comisión propone ahora que se introduzcan modificaciones específicas en la nueva generación de programas de la política de cohesión para adaptarlos mejor a la recuperación posterior a la crisis. Deben funcionar de manera complementaria con la iniciativa REACT-UE de acuerdo con normas más flexibles y facilitar una reacción más rápida ante situaciones regionales y nacionales de emergencia. Según las propuestas ajustadas presentadas por la Comisión, se concede a los Estados miembros flexibilidad adicional para transferir recursos entre los fondos, y para permitir el escalonamiento de las operaciones que no podrían llevarse a cabo en el marco de los programas del período 2014-2020. Durante el período 2021-2027, la política de cohesión mantendrá su papel a largo plazo para el crecimiento y la transición hacia una Europa más resiliente, ecológica y digital.
Con la propuesta, la Comisión pretende canalizar el dinero a donde sea más necesario. Para ello, y en función de la naturaleza del programa, la Comisión trabajará con cada Estado miembro para velar por que hasta el último euro contribuya a la reparación, la recuperación y la resiliencia. Más concretamente:
La Comisión trabajará con las autoridades nacionales de los Estados miembros para garantizar que la ayuda adicional que se propone empiece a fluir lo más rápidamente posible y llegue allí donde sea necesaria.
Sobre la base de los principios de solidaridad y equidad, las propuestas presentadas tienen por objeto reconstruir la economía europea y hacerla más equitativa, resiliente y sostenible para las generaciones futuras.
En este momento de dificultades extraordinarias y de incertidumbre, la Unión necesita más que nunca demostrar que está preparada y dispuesta a actuar con decisión y trazar una senda hacia un futuro mejor. Un acuerdo sobre un plan de recuperación ambicioso centrado en el presupuesto de la UE permitirá a la Unión Europea tener las mayores posibilidades de éxito.
La Comisión Europea invita al Consejo Europeo y a los colegisladores a examinar rápidamente estas propuestas, con vistas a alcanzar un acuerdo político en el Consejo Europeo de julio.
Una decisión temprana sobre la propuesta de modificación del marco actual permitirá la liberación inmediata de fondos adicionales para REACT-UE, el Instrumento de Apoyo a la Solvencia y el Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible, de acuerdo con la urgencia de estas necesidades.
A continuación, la Comisión colaborará estrechamente con el Parlamento Europeo y el Consejo para ultimar un acuerdo sobre el futuro marco a largo plazo y los programas sectoriales adjuntos. Concluir este trabajo a principios de otoño significaría que el nuevo presupuesto a largo plazo podría estar en marcha y obrar por la recuperación de Europa el 1 de enero de 2021.
La modificación de la Decisión sobre los recursos propios requiere la aprobación de todos los Estados miembros de conformidad con sus normas constitucionales.
Actuar ahora demostrará que la Unión está dispuesta a hacer todo lo necesario para que la economía se recupere, proteger los medios de subsistencia de todos los europeos e invertir en la transición a largo plazo de Europa a un futuro más equitativo, ecológico y digital.
La Comisión mantiene plenamente su propuesta relativa al Estado de Derecho de mayo de 2018, que introduce un nuevo mecanismo para proteger el presupuesto de la UE frente a los riesgos financieros vinculados a deficiencias generalizadas del Estado de Derecho en los Estados miembros.
El objetivo de este mecanismo es garantizar una correcta gestión financiera del presupuesto de la Unión y proteger el dinero de los contribuyentes. Las nuevas normas propuestas permitirán a la Unión suspender, reducir o restringir el acceso a la financiación de la UE de manera proporcional a la naturaleza, la gravedad y el alcance de las deficiencias del Estado de Derecho.
En el transcurso de las negociaciones, esta propuesta ha sido acogida positivamente por los Estados miembros y debería formar parte del acuerdo final.
Además, existen firmes medidas de protección del presupuesto frente al fraude y las irregularidades, y la Comisión las va a reforzar. La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y la Fiscalía Europea ejercerán sus facultades de control e investigación.
Para financiar las medidas de recuperación propuestas, la Comisión tomará prestados hasta 750 000 millones de los mercados financieros internacionales en nombre de la Unión a fin de sufragar las medidas de recuperación durante el período 2021-2024.
Para que esto sea posible, la Comisión aprovechará el margen de maniobra, esto es, la diferencia entre el límite máximo de los recursos propios del presupuesto a largo plazo (el importe máximo de los fondos que la Unión puede pedir a los Estados miembros para cubrir sus obligaciones financieras) y el límite máximo del gasto real (el límite máximo de pagos del marco financiero plurianual).
Para conseguirlo, la Comisión propone modificar la Decisión sobre los recursos propios (el texto jurídico que establece las condiciones para financiar el presupuesto de la UE), de manera que pueda contraer préstamos, y aumentar el límite máximo de los recursos propios con carácter excepcional y temporal en 0,6 puntos porcentuales. Este aumento vendrá a sumarse al límite máximo permanente de los recursos propios: el 1,4 % de la renta nacional bruta de la UE, que se propone en razón de las incertidumbres económicas y del Brexit.
Este aumento de 0,6 puntos porcentuales estará limitado en el tiempo y solo se utilizará en el contexto de la recuperación de la pandemia de coronavirus. El incremento del límite máximo de los recursos propios expirará cuando se hayan reembolsado todos los fondos y hayan dejado de existir todos los pasivos.
Con el margen de maniobra del presupuesto de la UE como garantía, la UE podrá emitir deuda en condiciones relativamente ventajosas en comparación con muchos Estados miembros.
Los fondos recaudados se devolverán con cargo a los futuros presupuestos de la UE a partir de 2027 y a más tardar en 2058. Los préstamos serán reembolsados por los Estados miembros prestatarios. Para facilitar el reembolso de la financiación de mercado conseguida y seguir contribuyendo a reducir la presión sobre los presupuestos nacionales, la Comisión propondrá nuevos recursos propios adicionales, además de los ya existentes, en una fase posterior del período financiero 2021-2027. Estos deben estar estrechamente vinculados a las prioridades de la UE (cambio climático, economía circular y equidad fiscal).
El límite máximo de los recursos propios determina el importe máximo de los recursos propios que la Comisión puede pedir a los Estados miembros en un año dado para financiar los gastos. Esto aporta seguridad y previsibilidad a los Estados miembros a efectos de su planificación presupuestaria y financiera. Un límite máximo suficientemente elevado permite a la Unión cubrir todas sus obligaciones financieras y los pasivos contingentes que venzan en un año dado.
En el presupuesto de la UE, existe también un límite máximo de pagos, el importe máximo de los pagos que deben efectuarse en concepto de compromisos anteriores.
La diferencia entre el límite máximo de los recursos propios y el límite máximo de los pagos con cargo al presupuesto a largo plazo, más el importe de otros ingresos (por ejemplo, los impuestos sobre los salarios del personal de la UE y las multas por las infracciones en materia de competencia), se denomina «margen de maniobra».
Es necesario disponer de un margen de maniobra suficiente para garantizar que la Unión pueda, en cualquier circunstancia, cumplir sus obligaciones financieras, incluso en épocas de recesión económica. Esto es importante para mantener la elevada calificación crediticia de la UE.
Un límite máximo de los recursos propios más elevado, como propone la Comisión, significaría que, en caso necesario, la Comisión podría obtener recursos adicionales de los Estados miembros de la UE.
De este modo, sería posible preservar la elevada calificación crediticia de la UE, reducir los costes de endeudamiento y los consiguientes costes de reembolso para los Estados miembros.
Las fuentes de ingresos del presupuesto de la UE no han variado durante los últimos decenios: derechos de aduana, contribuciones de los Estados miembros sobre la base del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y las basadas en la Renta Nacional Bruta (RNB).
En mayo de 2018, la Comisión propuso mantener estas fuentes de financiación, simplificándolas y racionalizándolas. Además, la Comisión propuso diversificar las fuentes de ingresos con una cesta de nuevos recursos propios que contribuirán a las prioridades de la UE, tales como el cambio climático, la economía circular y la equidad fiscal. Esto incluía los ingresos relacionados con el régimen de comercio de derechos de emisión, una contribución nacional calculada sobre la base de los residuos de envases de plástico no reciclados en cada Estado miembro y un recurso basado en una base imponible consolidada común del impuesto sobre sociedades.
La propuesta de mayo de 2018 sigue siendo válida en la actualidad.
Además, la Comisión utilizará el margen de maniobra del presupuesto para captar fondos en los mercados de capitales y financiar los instrumentos nuevos y reforzados centrados en la lucha contra la crisis y sus consecuencias. Será una solución excepcional y temporal basada en las actividades de captación de capital existentes por parte de la Unión y su elevada calificación crediticia.
Para facilitar el reembolso de la financiación de mercado captada y seguir contribuyendo a reducir la presión sobre los presupuestos nacionales, la Comisión propondrá nuevos recursos propios adicionales en una fase posterior del período financiero 2021-2027. Por ejemplo:
En conjunto, estos nuevos recursos propios podrían contribuir a financiar con creces el reembolso y los intereses sobre la financiación del mercado captada al amparo del instrumento Next Generation EU. ¿Cómo cambiarán las contribuciones nacionales respecto a los datos publicados en otoño del año pasado?
La magnitud exacta de las contribuciones nacionales solo se conocerá una vez que los Estados miembros hayan acordado el próximo presupuesto a largo plazo. Seguirán siendo la principal fuente de ingresos para financiar el marco financiero plurianual.
En vista de las limitaciones que sufren actualmente los Estados miembros, el instrumento Next Generation EU no exigirá contribuciones nacionales adicionales inmediatas al presupuesto a largo plazo por parte de aquellos. El reembolso de los fondos recaudados seguirá después de 2027 en un horizonte a largo plazo con cargo a futuros presupuestos a largo plazo, en forma, entre otras cosas, de nuevos recursos propios, de contribuciones nacionales más altas, de refinanciación o de una combinación de estas posibilidades.
Para facilitar el reembolso de la financiación de mercado captada y seguir contribuyendo a reducir la presión sobre los presupuestos nacionales, la Comisión propondrá nuevos recursos propios adicionales en una fase posterior del período financiero.
El alcance del instrumento Next Generation EU y su diseño reflejan la magnitud y urgencia de los retos a los que se enfrenta la Unión. Las necesidades de financiación de las inversiones urgentes derivadas de la crisis no tienen precedentes. Por consiguiente, es necesaria una respuesta decisiva y extraordinaria a escala de la Unión. El carácter sin precedentes de esta operación y el excepcional importe de estos fondos exigen su anclaje en el sistema de recursos propios, que aprueban todos los Estados miembros con arreglo a sus normas constitucionales.
Esta es la razón por la que la Comisión propone cambios en la Decisión sobre los recursos propios, que deben ser aprobados por todos los Estados miembros con arreglo a sus normas constitucionales.
La modificación de la Decisión sobre los recursos propios exige una decisión unánime de todos los Estados miembros y su aprobación de conformidad con los requisitos constitucionales nacionales. La Comisión espera que esto ocurra lo antes posible.
Para salvar el período transitorio hasta la ratificación de la Decisión sobre los recursos propios modificada y facilitar la muy necesaria financiación a los trabajadores, empresas y Estados miembros ya en 2020, la Comisión propone que se ajuste el actual presupuesto a largo plazo 2014-2020 de forma que se pueda gastar más ya este año. Se dispondrá de 11 500 millones de euros para ayudar a las regiones más necesitadas (con cargo a REACT-UE), reforzar el capital de las empresas europeas viables (Instrumento de Apoyo a la Solvencia) y prestar apoyo a quienes lo necesiten en países terceros (con cargo al Fondo Europeo de Desarrollo Sostenible).
La UE tiene actualmente tres programas de préstamo para ofrecer ayuda financiera a países en situación de dificultad, que se financian por completo mediante bonos emitidos en los mercados de capitales, a saber: la ayuda a la balanza de pagos, el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera y la ayuda macrofinanciera a países terceros socios. El 2 de abril, la Comisión propuso otro instrumento financiado de forma análoga pero respaldado por garantías nacionales, el Instrumento Europeo de Apoyo Temporal para Atenuar los Riesgos de Desempleo en una Emergencia o plan de desempleo a corto plazo SURE.
Hasta la fecha, siempre se ha hecho frente a las obligaciones financieras con cargo a estos regímenes sin necesidad de contribuciones adicionales por parte de los Estados miembros.
Para obtener la financiación necesaria, la Comisión emitirá bonos en los mercados financieros internacionales en nombre de la UE. La Comisión tomará prestados hasta 750 000 millones de euros, en su mayoría en el período 2020-2024. La Comisión canalizará los fondos hacia los programas nuevos o reforzados, o los prestará a los Estados miembros que los necesiten en las condiciones de emisión originales (mismo cupón, vencimiento e importe nominal). De este modo, los Estados miembros contraerán préstamos indirectamente en condiciones muy favorables, beneficiándose de la elevada calificación crediticia de la UE y de los tipos de endeudamiento relativamente bajos en comparación con los aplicados a varios Estados miembros.
El calendario, el volumen y el vencimiento de los bonos emitidos dependerán de las necesidades de la UE y de sus Estados miembros. El vencimiento de los nuevos bonos emitidos oscilará entre tres y treinta años.
Históricamente, las devoluciones (o correcciones de las contribuciones nacionales de los Estados miembros al presupuesto de la UE) se introdujeron inicialmente en beneficio del Reino Unido. A lo largo de los años, otros Estados miembros también se han beneficiado de un complejo sistema de correcciones y devoluciones.
En mayo de 2018, la Comisión propuso eliminar todas las correcciones por el lado de los ingresos (devoluciones).
La Comisión sigue opinando que la eliminación progresiva de todas las devoluciones haría que el presupuesto a largo plazo fuera más equilibrado. Sin embargo, en la situación actual, teniendo en cuenta el impacto económico de la pandemia de coronavirus, una eliminación de las devoluciones entrañaría un aumento desproporcionado de las contribuciones de determinados Estados miembros en el próximo presupuesto a largo plazo. Para evitarlo, las devoluciones actuales se podrían eliminar a lo largo de un período de tiempo mucho más largo que el previsto por la Comisión en su propuesta de 2018.
Fuente: Comisión Europea
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