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ENTREVISTA

“La financiación europea es crítica para estar a la vanguardia de la salud pública”

salud pública laura sesma

Laura Sesma, líder del Área de Salud de Zabala Innovation, participó recientemente como moderadora en una de las mesas redondas del encuentro ‘Salud pública: investigar y progresar con Europa’, organizado por el centro de investigación biomédica Navarrabiomed en Pamplona. Esta cita puso de manifiesto la necesidad de visibilizar la estrategia de salud pública de la Unión Europea, y también la importancia de que la investigación forme parte de todos los ámbitos del sistema sanitario. En esta entrevista, Laura Sesma analiza algunos de los aspectos más relevantes que salieron a relucir en el encuentro.

Sí, la pandemia ha puesto de manifiesto que los sistemas de salud europeos pueden trabajar de manera coordinada, pueden compartir datos o llevar a cabo compras de medicamentos y vacunas de manera centralizada para evitar las desigualdades de acceso a la salud entre los países miembros, pero esto no se ha establecido de manera continua y por tanto todavía existen muchas desigualdades entre los territorios.

Y no es posible establecer realmente estrategias de salud pública globales y coordinadas en Europa si los países europeos toman las decisiones de manera individual. De hecho, todavía no es sencillo que un enfermo crónico pueda acceder al mismo tratamiento en los distintos países, y el precio de ese tratamiento puede oscilar hasta 50 veces.

Gracias a la pandemia se ha visto la importancia que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) puede tener en esta colaboración internacional, porque ha tenido un papel crucial en el rápido acceso al paciente de unas vacunas contra la Covid-19 que cumplan todos los requisitos de seguridad, efectividad y calidad. Además, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ha adquirido un papel mucho más relevante para reforzar las defensas de Europa contra las enfermedades infecciosas.

Pero el avance más significativo ha sido la creación de la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) para prevenir, detectar y responder rápidamente a las emergencias sanitarias. La HERA anticipará las amenazas y las posibles crisis sanitarias mediante la recopilación de información y el desarrollo de las capacidades de respuesta necesarias. Cuando se produzca una emergencia, la HERA garantizará el desarrollo, la producción y la distribución de medicamentos, vacunas y otras contramedidas médicas, como guantes y mascarillas, que a menudo faltaban en la primera fase de la respuesta al coronavirus. La HERA viene a cubrir una gran laguna existente en la respuesta y preparación ante emergencias sanitarias de la UE.

Los principales beneficios están relacionados con la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y la mejora estratégica de los sistemas de salud. Los problemas de salud no se pueden solucionar de manera individual y la colaboración permite abordarlos de manera más global. La cooperación tiene que tener en cuenta las diferencias entre países y actores para que la replicabilidad y el impacto sean mucho mayores.

Dependen del tipo de colaboración: desde las competencias no compartidas entre países (por ejemplo una ambulancia no puede cruzar una frontera, o las titulaciones o colegiaciones son diferentes), hasta diferentes modelos organizativos, sistemas de información (historia electrónica), interoperabilidad, equipamientos y políticas que hacen difícil la cooperación, sobre todo cuando realmente se puede aplicar en el paciente.

A esto hay que añadir que el mercado de los medicamentos y productos sanitarios no es un mercado libre. Esto sería beneficioso para buscar esa salud pública y equitativa en Europa, pero dificulta que las innovaciones se lleguen a implementar realmente.

En el desarrollo de nuevas terapias hay muchas cosas que se quedan en el camino porque no pueden demostrar esa eficacia en clínica que se veía en modelos animales o fases tempranas de los ensayos clínicos, y aunque permiten avanzar en el conocimiento no llegan a aplicarse al paciente. Sin olvidar también que el tiempo medio de desarrollo de un nuevo medicamento es de 10 a 13 años, y que sólo 1 de cada 10.000 compuestos llega finalmente al mercado. Además es un proceso muy costoso, porque la inversión de las compañías es muy elevada, unos 2.500 millones de euros por medicamento.

Y en otro tipo de investigaciones más cercanas relacionadas con la aplicación de sistemas de apoyo a la decisión del médico, herramientas de inteligencia artificial o dispositivos médicos, se suman los problemas relacionados con el acceso al mercado y el cambio de los procesos asistenciales establecidos.

Sí que hay, pero deben tenerse en cuenta desde el principio de la investigación y muchas veces ocurre que los investigadores no están formados en estos temas. Para ellos no es una preocupación y se centran más en las publicaciones y proyectos. Se está intentando cambiar este concepto para avanzar hacia un investigador con una visión más emprendedora o empresarial, aunque es complejo compatibilizarlas.

El problema de la regulación en salud es que tiene que asegurar la seguridad y eficacia de medicamentos y terapias, de modo que tampoco se pueden reducir los requerimientos legislativos. Sin embargo, sí que se puede actuar en la reducción de los tiempos necesarios para la entrada en el mercado de nuevas terapias, como ha ocurrido con las vacunas de la Covid-19. Es fundamental agilizar los trámites y permitir un diálogo más abierto y rápido entre los diferentes actores, esto debe permanecer.

El Espacio Europeo de Datos Sanitarios es realmente importante para ese futuro en el que se vean actuaciones coordinadas en materia de salud que fortalezcan los sistemas sanitarios y reduzcan las desigualdades. No obstante, se ha lanzado de una manera muy ambiciosa en cuanto a plazos, y conseguir los objetivos marcados para 2025 parece bastante complicado. Pero lo importante es que se crearán las bases para poder ir consiguiendo ese Espacio Europeo de Datos Sanitarios, aunque finalmente ocurra en un plazo más largo.

El más importante es el Programa de Salud Pública, que para el periodo 2021-2027 tiene el presupuesto más alto de su historia, más de 5.000 millones de euros (ocho veces más que en las ediciones anteriores).

Pero además la investigación, tanto básica como traslacional, tiene su financiación en el marco del programa Horizon Europe, dentro del pilar 2 en el cluster de salud, y en los pilares 1 y 3 en el marco tanto de ERC, Marie Curie como los EIC. Pero además del cluster de salud, está todo el programa de Misión Cáncer, la Iniciativa de Salud Innovadora (IHI) y los futuros partenariados cofinanciados que se están empezando a crear.

Para poder avanzar y posicionarse a nivel europeo y que pueda revertir en mejorar la calidad asistencial de los pacientes. Hay que estar en la vanguardia de los servicios sanitarios y tecnologías de la salud pública, así como de los cambios asistenciales, para poder ofrecer los mejores servicios de salud a los ciudadanos.