La borrasca inflacionista no ha amainado todavía y no lo hará de forma definitiva hasta 2025. A partir de esta previsión y como medida ulterior para contrarrestarla, a mediados de este mes el Banco Central Europeo (BCE) decidió subir una vez más el tipo de interés de referencia, que se sitúa ahora en el 4,5%, un cuarto de punto más con respecto a agosto. Lejos quedan los tiempos – esa larga temporada, desde marzo de 2016 hasta septiembre de 2022 – en que la referencia se quedó en 0. La consecuencia del entorno alcista para las empresas es un encarecimiento de los préstamos y un endurecimiento de las condiciones para acceder a ellos, lo que redunda en una dificultad creciente para financiar, entre otros, sus proyectos de I+D+i. El mix de ayudas públicas y financiación privada, sin embargo, puede sacar de apuros a más de una de estas empresas especialmente expuestas a la mala racha.
Problema y solución
“La financiación no es la única cuestión para resolver al montar un proyecto de innovación, por supuesto; hay que considerar también los aspectos técnicos (retos tecnológicos, regulación y reglamentación aplicable, y colaboraciones con otras organizaciones), así como los comerciales (necesidades del mercado que el proyecto resuelve, pautas y métodos para alcanzar el público, modelo de negocio, marketing y estrategia comercial)”, subraya Daniel Agudo, responsable de Desarrollo de negocio de Zabala Innovation. “No obstante, sin la financiación adecuada, incluso los proyectos más prometedores pueden quedar en el papel”, añade. Se tratará, entonces, de obtener recursos para cubrir todo el presupuesto que el proyecto requiere, así como para superar posibles desafíos inesperados.
La diversificación de las fuentes de financiación se revela indispensable. Una de las vías más comunes es recurrir a las ayudas públicas, en las que Zabala Innovation tiene una amplia experiencia, tanto a nivel nacional como europeo. No obstante, “solo la financiación pública no siempre resuelve la ecuación, y en muchos casos es importante complementarla”, admite Agudo, por ejemplo, y de forma inevitable, a través de fondos propios. La utilización de recursos internos de la empresa es una forma de fijar el compromiso con el proyecto, aunque limita la disponibilidad de capital para otros fines. Los inversores privados también pueden aportar mucho al proyecto, tanto en capital, como en experiencia.
Financiación privada de la innovación: alternativas fiables
Finalmente, ante la actual dificultad para recurrir a los bancos tradicionales, otras instituciones financieras pueden proporcionar valiosas soluciones de financiación adicionales. Un ejemplo de ello es ELKARGi, una empresa con la que Zabala Innovation colabora desde 2016 y que ofrece líneas que pueden complementar la petición de ayudas públicas. El Programa de Apoyo al Emprendimiento Industrial, por ejemplo, es un préstamo hasta 1,5 millones de euros, con una bonificación sobre el tipo de interés nominal del 2,5%, sin comisiones. Su duración es de 3 a 15 años, con una carencia eventual de hasta tres años. Está dirigido a pymes de nueva creación o que quieran escalar en la producción a través de la creación de un nuevo establecimiento industrial; un crecimiento de capacidad a través del traslado, de la creación de nueva líneas o ampliación de las existentes; o cualquier mejora del sistema productivo que incremente la competitividad.
ELKARGi ofrece también un fondo de innovación con un tipo de interés fijo del 3,04%, para un préstamo hasta 1,5 millones de euros dirigido a empresas con proyectos de innovación. Los conceptos financiables son la adquisición de activos tangibles e intangibles, los gastos de personal internos, la subcontratación para el desarrollo del proyecto y las colaboraciones externas.
Adicionalmente, ELKARGI concede Avales técnicos, nacionales o internacionales hasta 2,5 millones de euros, con una comisión del 0,2% trimestral. Por último, la Línea aval CDTI es una garantía para propuestas de proyectos presentados ante Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, de hasta 2,5 millones de euros. La comisión del aval es del 1% anual.
Un contexto complejo
A partir de mediados del año pasado, las firmas españolas vieron cómo se encarecían tanto los préstamos hasta un año o a tipo variable, como los a más de un año o a tipo fijo, independientemente de la cantidad de dinero demandada, al situarse ambos en torno al 4% en enero de 2023, según el informe semestral del Banco de España publicado en junio.
El alto coste de los préstamos, sin embargo, no es el único problema al que se enfrentan las empresas a la hora de financiarse. En la última Encuesta sobre préstamos bancarios en la zona del euro que el BCE publicó en julio, el regulador señalaba que los criterios para su concesión se endurecieron también una vez más en el segundo trimestre de este año. Por esas fechas, los bancos anticiparon que esta tendencia se prolongaría en el tercer trimestre, aunque a un ritmo menor.
Según los resultados de la última encuesta sobre el acceso a la financiación empresarial en la Zona Euro (conocida como SAFE por sus siglas en inglés), las pymes en España han experimentado un empeoramiento en su percepción sobre la disponibilidad de crédito bancario desde principios de 2022. Por el contrario, las empresas de mayor envergadura parecen haber mantenido un acceso relativamente constante a la financiación en el período comprendido entre abril de 2022 y marzo de 2023. La SAFE señala que las empresas más pequeñas, las recién creadas y las más vulnerables son las que mayores obstáculos han tenido que enfrentar para asegurar la financiación que necesitaban.